El miliciano vasco que sobrevivió a Mauthausen
- Las excavaciones arqueológicas que la UPV-EHU está llevando a cabo en el monte de San Pedro, entre Amurrio y Orduña, han encontrado una chapa de identificación de un miliciano que sobrevivió al campo de concentración nazi tras haber luchado contra el franquismo
- El lugar del hallazgo estuvo bajo control republicano desde diciembre de 1936 hasta mayo de 1937, un paisaje donde aún viven trincheras, nidos de ametralladoras o fortines
- El equipo, dirigido por Josu Santamarina Otaola, comenzó a trabajar en 2016 en el que quizá sea el escenario mejor conservado de la Guerra Civil en Euskadi
Imagen de presos del campo de concentración de Mauthausen, en la actual Austria |
Nació en Amorebieta en 1918 y con solo 17 años ya era parte del batallón comunista Leandro Carro. Hizo frente al franquismo durante la Guerra Civil en diferentes puntos de Euskadi, pero con la caída de Bizkaia tuvo que huir a Francia. En 1939 fue internado en el campo de concentración francés de Gürs, donde tuvo que vivir en un barracón como refugiado. Se enroló en la Legión Francesa, pero tras la ocupación nazi su destino se tornó aún más oscuro: fue internado en uno de los campos de prisioneros de guerra más grandes del III Reich: el Stammlager XVII-B Krems-Gneixendorf, en la actual Austria. Después, en Mauthausen-Gusen, como otros muchos republicanos españoles que vestían allí el icónico 'pijama de rayas'. De unos 10.000 prisioneros, allí solo sobrevivieron 2.500. Se llamaba Manuel Mogrovejo Aranaiz, y fue uno de ellos.
La historia de Mogrovejo se conoce gracias a una chapa con su nombre: un pequeño trozo de metal en el que se lee 'Miliciano Manuel Mogrobejo'. La ha encontrado un equipo de la UPV-EHU gracias a las excavaciones arqueológicas que están llevando a cabo en el monte de San Pedro, entre Amurrio y Orduña, una posición que los republicanos arrebataron a los requetés franquistas en 1936. Allí luchó Mogrovejo.
El director del proyecto que comenzó en 2016, Josu Santamarina Otaola, cuenta que el hallazgo se produjo durante la última campaña de excavaciones, en uno de los tramos de trinchera: "Las letras se encuentran incisas en el metal y en los dos extremos se aprecian dos agujeros que presumiblemente servían para atar una cuerda o correa con la que llevar la identificación" ha explicado este jueves mediante una nota de prensa.
Chapa de Manuel Mogrovejo, encontrada por el equipo de la UPV-EHU que excava en San Pedro |
Este tipo de piezas se utilizaban con el fin de identificar a los combatientes en guerras cada vez más letales, un hecho que se conoce gracias a un trabajo documental realizado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi. La de Mogrovejo "parece ser más o menos casera", según Santamarina. Gracias a ella, el equipo ha podido comenzar una labor documental en archivos históricos, descubriendo parte de la historia del personaje, su origen, su papel en la Guerra Civil y su posterior estancia en campos de concentración del nazismo.
De Euskadi a Mauthausen
El batallón en el que combatió Mogrovejo se componía principalmente por militantes izquierdistas de toda Bizkaia. Acudió a la zona del Alto Nervión en agosto de 1936 para hacer frente a un ataque sublevado sobre Orduña. También luchó a principios de diciembre de 1936, atacando las posiciones franquistas de San Pedro y el monte Txibiarte en el marco de la ofensiva republicana de Villarreal. Fue entonces cuando ambas cumbres fueron arrebatadas a los requetés franquistas.
Miembros del batallón Leandro Carro. A la izquierda, el teniente Mateo Balbuena, el único que sigue vivo en la actualidad. Vive en Lezama y tiene 105 años |
El Leandro Carro se turnó con el nacionalista vasco Araba para defender la cumbre. "Se dedicaron a construir nuevas fortificaciones en el monte, teniendo que esculpir la roca caliza para así emplazar sus trincheras y puestos de tiro" cuenta el equipo de la UPV-EHU. Sin embargo, en mayo de 1937 la ofensiva franquista acabó en la caída de Bizkaia tras numerosos bombardeos y batallas.
Mogrovejo sobrevivió a la guerra. Así se conoce, según el equipo investigador, por una firma suya que han encontrado en la nómina del batallón de julio de 1937. Siguiendo su pista, han podido conocer más sobre el miliciano gracias al archivo histórico.
Cruzó la frontera francesa y el 5 de abril de 1939 fue internado en el campo de concentración francés de Gürs, donde vivió en un barracón como refugiado. Para diciembre de 1939, Mogrovejo se había inscrito en la Legión Francesa y escribía a Julio Jáuregui, encargado vasco de atender y ayudar a refugiados y exiliados republicanos, con intención obtener dinero por su precaria situación económica. La carta, según ha dado a conocer los investigadores, se ha encontrado en el Archivo General de Euskadi, y se escribió desde la localidad de La Valbonne, en el Mediterráneo francés.
Francia fue ocupada por el nazismo en 1940, y Mogrovejo cayó preso. Fue trasladado a uno de los campos de prisioneros de guerra más grandes del III Reich: el Stammlager XVII-B Krems-Gneixendorf, en la actual Austria. Sin embargo, aquel no fue su fin: fue trasladado en calidad de "deportado", al igual que otros muchos republicanos españoles, al célebre campo de concentración de Mauthausen-Gusen, también en Austria. Allí vestían de 'pijama de rayas' y se les identificaba con un triángulo azul -distintivo de los "apátridas"- con una 'S' de 'Spanier' -español, en alemán-. Allí murieron entre 100.000 y 300.000 personas; solo 2.500 prisioneros consiguieron sobrevivir al nazismo en aquel campo de concentración. Según el equipo dirigido por Josu Santamarina, Mogrovejo fue uno de ellos.
Liberación del campo de concentración de Mauthausen el 5 de mayo de 1945 a manos de las tropas norteamericanas. La pancarta dice: "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras" |
El equipo de investigación de la UPV-EHU afirma que ha establecido contacto con dos sobrinas de Manuel Mogrovejo, residentes en Argentina, y que han sido localizadas gracias a la ayuda del Euskal Prospekzio Taldea. Aun y todo, "la búsqueda de más descendientes de Manuel continúa", con el fin de seguir desenterrando las historias de aquellos milicianos que lucharon en San Pedro.
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