LIBERTARIOS
LIBERTARIOS Se nos ha ido Lucio Urtubia a engrosar la mochila de narraciones patrias, aunque pueda parecer que esa expresión no es demasiado acertada, por eso de que los anarquistas, grupo ideológico al que Lucio se asociaba, acuñaron aquello de “Ni Dios, ni patria”. Sin embargo, entenderán que mi reflexión, aunque forzada, no es baldía. Las siguientes líneas servirán para extender la paradoja de libertarios vascos que sintieron la evocación de Euskal Herria como sentido a su combate universal. Félix Likiniano, aquel que diseñó en su camping de Biarritz el hacha y la serpiente que simbolizaron a una organización a la que Txillardegi había puesto el nombre de ETA, ocurrente desde la seriedad que la daba la gravedad de su voz, dijo en cierta ocasión que a la espera de que la liberación llegara desde el exterior, la revolución mundial, resultó que los combatientes habían surgido desde su pueblo, esta vez en referencia a Arrasate: Txomin Iturbe, Gautxo, los hermanos Etxabe, Peixoto… En aq