Vascos en Australia: los marinos




Koldo SAN SEBASTIÁN
La situación económica de Bizkaia y Gipuzkoa en el tránsito de los siglos XVIII al XIX estaba colapsada, a esto había que sumar las guerras: contra los ingleses, primero, y, más tarde, contra los franceses. Luego, la independencia de las repúblicas americanas, la extinción de la Compañía de Filipinas, las guerras carlistas. Todo ello afectó a la pesca, a la navegación y, claro, a la carrera de los marinos que debían buscar oportunidades en otros mares (Pablo Fernandez Albaladejo, La crisis del Antiguo Régimen en Guipúzcoa, 1766-1883: cambio económico e historia, Madrid (1975): Akal).
El famoso Aguirrón, por ejemplo, llegó a Louisiana hacia 1817 y, de allí al Pacífico. Pero, hubo otros marinos vasco-españoles que se enrolaron en mercantes franceses (que cubrían las necesidades de personal, debido a que Francia destinaba a gran cantidad de “matelots” a la Marina de guerra). También en los balleneros tanto americanos como franceses que tienen sus bases (estos últimos) en colonias como Nueva Caledonia o la Polinesia francesa (James Travis Jenkins, History of the Whale Fisheries, London (1921): H.F. & G. Witherby).
La generalización de la navegación a vapor hizo que aumentase la demanda de personal de máquinas (maquinistas, fogoneros, bomberos...). Muchos marinos vascos (y gallegos) se familiarizaron con las máquinas de vapor en Liverpool1. En los barcos de Larrínaga y en otras compañías2, se convirtieron en engrasadores, mecánicos navales incluso en maquinistas lo que les proporcionaba ventajas ciertas a la hora de conseguir empleo en otras latitudes. Singularmente, en Nueva York, en algunos puertos cubanos o en Australia. También había escuelas donde se formaban maquinistas navales en diversos puertos de la costa vasca. No es de extrañar que el famoso hotelero (y agente de emigración) vasco de Liverpool Prudencio Clemençót colocase pasquines en dichas escuelas en los que ofrecía sus servicios en las escuelas de máquinas vascas.
La generalización de la navegación a vapor hizo que aumentase la demanda de personal de máquinas (maquinistas, fogoneros, bomberos...)
La generalización de la navegación a vapor hizo que aumentase la demanda de personal de máquinas (maquinistas, fogoneros, bomberos...).
La comunidad vasca moderna de Nueva York (1880-1950) estuvo formada mayoritariamente por marinos. Y, de estos, en alto porcentaje, eran maquinistas o cocineros. Así, entre los fundadores del Centro Vasco-Americano de Nueva York (1913), la mayoría ha pasado o vivido en Liverpool y, además, tenía relación con las máquinas: Martin de Albizua (maquinista), Juan Cruz Aguirre (maquinista), Valentín Aguirre (engrasador), Toribio Altuna (bombero marino), Estanislao Beobide (chief engineer), Gabriel Elustondo (mecánico), Florencio Iturraspe (engrasador), Nicolás Luzuriaga (bombero marino) o Tiburcio Uruburu (bombero marino). Otro directivo del Centro Vasco, engrasador de profesión y procedente de Liverpool, fue Luis Garagarza Tellería. Se había casado con una bermeana en esta ciudad inglesa donde nacieron dos de sus hijos.
En la década de los 1840 agentes ingleses cono Ashley Brothers o W & J Tyrer comenzaron a contratar barcos de bandera española para, en principio, comerciar directamente desde Gran Bretaña (sobre todo desde el puerto de Liverpool) con las últimas colonias españolas, Cuba y Filipinas. En algunos casos, algunos de estos barcos se dirigieron a Australia. Así, el 20 de octubre de 1846 llegó a Melbourne del mercante español “Preciosa”. El barco casi pasó tres meses en el puerto antes de iniciar la singladura de regreso. En el tránsito en los siglos XIX y XX, sabemos que agentes ingleses seguían contratando barcos vascos. Así, por ejemplo, en 1909, entró en el puerto de Sydney el Eolode la Marítima Unión de Bilbao.
A lo largo de los años, fueron muchos los marinos vascos que llegaron a aguas australianas. El porcentaje mayor lo hizo en navíos de pabellón británicos y había embarcado en puertos escoceses, en Cardiff, Londres y, sobre todo, en Liverpool. Algunos se embarcaban solo para el viaje de ida para, una vez en Australia, enrolarse en un buque australiano o con base en este país en el que las condiciones eran mejores. Algunos desertaron para embarcar poco después en otro buque. Este fue el caso del bermeano que Juan Allica había llegado a bordo del SS Crysomer procedente de Liverpool el 20 de junio de 1896, desertando del barco. Tenía 22 años (All Victoria, Australia, Deserter, Discharged, and Prisoner Crew Lists, 1852-1925).
Hubo otro tipo de “desertores”. En 1903, Venancio Zurbano fue acusado de haber desertado de la barque Ruthwell en Fremantle. La policía le detuvo junto a otros dos marineros completamente borrachos. El juez ordenó su impediata puesta en libertad (Perth Daily News, 14-10-1903).
Los marinos vascos pasaban largas temporadas en los puertos a los que llegaban. Mientras buscaban un nuevo embarque, mientras esperaban para completar la carga o mientras disfrutaban de un periodo de vacaciones. Las condiciones en los barcos británicos estaban reguladas por la Navigation Act de 1850. También en Australia, como fue más frecuente en Liverpool o Nueva York, algunos marinos llevaron a sus familias, quizá para hacer las esperas más llevaderas, aunque algunos se quedaron en el país para siempre. En este caso se encontrarían Urquijo (Melbourne) o Ypiñazar (Sydney).

En un barco ballenero: Bonifacio Zurbano

Sabemos que hubo vascos embarcados en balleneros, sobre todo franceses, que hacían sus campañas en el en el Caribe o en Pacífico. Por ejemplo, siempre se ha dicho que Natxitxu y Sendo, considerados como pioneros vizcaínos en el Oeste americano, habían llegado a San Francisco en un barco ballenero en los días de gold rush, lo que indica que había otros compatriotas en la misma actividad. El Mar de Tasmania era rico en cetáceos y, en él, además de los ingleses, faenaron barcos franceses. Los capitanes de estos últimos, para cazar ballenas desde la costa neozelandesa, emplearon marineros maoríes y “extranjeros”3.
Un buen día llegó a Dunedin, un puerto ballenero situado en la bahía de Otago, Nueva Zelanda, un joven marino vasco, Bonifacio Zubano, enrolado como cocinero en un barco dedicado a la caza de cetáceos. Zurbano había nacido en Laukiz, a unos quince kilómetros al norte de Bilbao en 1846. Era el pequeño de dos hermanos y su padre había fallecido en Plencia en 1855. Con poco más de nueve años, comenzó a salir a la mar en un bote de pescadores para ayudar a la economía familiar hasta que embarcó en barcos de mayor tonelaje que hacían la ruta a las Américas. En el Nuevo Mundo, se enroló como cocinero en un ballenero que faenaba en las Indias Occidentales y que salía para el Pacífico Sur. Cuando llegó a Nueva Zelanda, aún no había cumplido los 25 años.
Al poco tiempo de su llegada, en 1874, se casó con Bridget Donelly que falleció dos años más tarde. En 1877 contrajo matrimonio de nuevo con Maud Perry. Con esta, tuvo dos hijas: Concesion, Maria Antonia Maud y un hijo, Bonifacio.
Spanish Restaurant
En 1878, compró al catalán Salvador Guardiola el “Spanish Restaurant”. En un anuncio publicado en la prensa local, señalaba que el establecimiento contaba con cuarenta habitaciones individuales bien ventiladas (New Zealand Tablet, March, 9, 1877). El establecimiento esra frecuentado por marinos y mineros que visitaban la ciudad.
Pasados unos años, Zurbano decidió probar suerte en Sydney, Australia, trasladándose a esta ciudad con su familia. Hasta 1888, estuvo al frente de una pensión (boarding house) en Buckingham Street cerca de los muelles de King Street. Ese año, regentaba el Sydney and Melbourne Palace Hotel, que contaba con un restaurante, en George Street, muy cerca de los muelles. En 1889, transfirió este hotel a otro catalán, Martin Arenas4, mientras que se hizo con el Rose Hotel (William y Duke Streets) (Sydney Morning Herald, Nov.15, 1889). A partir de 1891, tuvo otro hotel de nuevo en George Street, el Black Swan Hotel. Un año, más tarde, solicitó la transferencia de su licencia de este hotel a Charles Brown (Sydney Monrnig Herald, June, 22, 1892).
Se trasladó entonces a Woolloomooloo Bay, East Sydney. Tuvo su casa en el 59 de Cowper Wharf, donde, además, alquilaba habitaciones a marinos, muchos de ellos, vascos. Mientras Maud se encargaba de la casa y de la cocina, Bonifacio trabajó como pescador y, durante años, para la Australasian Steam-Company en los muelles lo que le permitía reclutar tripulantes (sobre todo, del departamento de máquinas) para la compañía. Falleció en Sydney en 1914. Su único hijo, Bonifacio “Bonnie”, falleció en Francia el 7 de octubre de 1917 a causa de las heridas recibidas cuando combatía como soldado australiano en la I Guerra Mundial (Sydney Morning Herald, Nov, 10, 1917).
Zurbano
Zurbano se convirtió en un hombre popular en los muelles de Sydney. Durante un picnic marino al que había sido invitado, se le ocurrió utilizar una calabaza como cebo para atraer a un tiburón que merodeaba por los alrededores. El escualo mordió el anzuelo y comenzó a dar saltos ante el asombro de los presentes. La prensa australiana, no solo la de Sydney, se hizo eco de aquel “prodigio” (Brisbane Courier, April, 17, 1891).

Melbourne

Según se recoge en “Australian people...” para los 1880 un grupo de catalanes y de vascos españoles habían emigrado a Victoria”5. A finales del siglo XIX, residían en este estado, entre otros. Pedro Alberdi (granjero, nacido en Markina), o Arnaud Etcheverry (minero vasco-francés), pero, entre los vascos, predominaban marinos.
Del primero de que se tienen noticias es el bermeano Pedro Tellechea (Peter Teilechea, Teleche, Telechi). Para 1884, ya residía en Williamston, Victoria. Toda su vida estuvo vinculada al puerto de Melbourne como marinero, vigilante, instalador de cables (cable rigger). En 1895, le fue concedida la nacionalidad.
Otros marinos fueron E. Larramendi, o Miguel Urquijo quien, más tarde, fue pescadero en Victoria. Vicente Urquijo (Bilbao) durante 32 años estuvo embarcado en vapores y remolcadores de Williamston, Victoria. En 1884, vivía en Ann St (cerca de la bahía). En 1913 era cocinero en Sidney. Ese año solicitó la nacionalidad.

En Restaurante Bermeo

Tras desertar, Juan Francisco Allica se instaló en Melbourne volvió a embarcar como cocinero de barco. Más tarde se empleó como panadero y, luego, tuvo un taller de confección y restaurante en la Bahía de Port Philip y, por fin, trabajó como carpintero en Bourke, Brunswick (1903), Yaraville, Melbourne Ports (1912) y Surrey Hills, Kooyong (1914-1919). Abrió una tienda-pensión en Carrum y, en 1923, inauguró un restaurante vasco, “The Bermeo” en la Port Nepean Road, en el distrito de Dandedong, en la bahía de Melbourne al sur de la Ciudad. El Bermeo mantuvo su actividad durante años. En 1902, le fue concedida la nacionalidad6.
John F. Allica fue un hombre muy popular. El Bermeo era el lugar donde se reunían los vecinos de Carrum para sus celebraciones. Aquí tuvo su sede la Carrum Progress Association, en la que el bermeano era especialmente activo. Y claro, el lugar era visitado por cuanto marino vasco llegaba a Melbourne.
Fue asimismo activo en las asociaciones católicas, llegando a ser secretario de la Federación Católica Australiana (1912). Sus hijas estudiaron en colegios católicos (The Age, 7-12-1920). En este punto, se produce una diferencia contra otros marinos vascos llegados a esta parte de Australia que adoptaron la religión de sus cónyuges: Zurbano (Church of England), Tellechea (presbiteriano) .
Hacia 1901, se casó con Elisabeth Mary (1875-1919) y fue padre de Mary Carmen (1902-1967), Helen Dolores (1904), Ines (1907) y John Joseph (1911). Tras enviudar, volvió a casarse con Elizabeth con quien tuvo dos hijos más, Samuel Francis “Frank” y Eden. En 1902 consiguió la ciudadanía australiana. Falleció en Melbourne el 2 de octubre de 1943.

Sydney

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, marinos vascos comienzan a instalarse en Sydney. En 1857, llegó el capitán Francisco Piñerena que, en 1871 solicitó la nacionalidad. En 1866, encontramos a Juan Ochoa embarcado en SS Express, una “barca” (gabarra) que hacía transporte enel interior de la bahía de Sydney.
La mayor parte de la pequeña comunidad En el New South Wales Registers of Seamen 1859-1856, aparecen los nombres de un buen número de marinos vascos que desembarcaban en Sydney tras cumplir su contrato, quedando a la espera de un nuevo embarque. Mientras esto sucedía, claro, los marinos vascos se quedaban en la ciudad.
A finales del siglo XIX, Julián Echabe trabajaba como fogonero en Sydney. En 1900, estaba embarcado en el SS Lodore (registrada en Liverpool) y, en 1901, en dos ocasiones, en SS St Mary (con registro de Melbourne).
Nombre
Fecha y l. nac.
Oficio
Nombre del barco
Año
Aguirre, J
Bombero
SS Ascot/SS Moronte
1914
Arana, Eugenio
1885
Maquinista
SS Nynfa
1914
Arana, J.
Piloto
SS Camberra
1915
Echevarria, Eduardo
Bilbao, 870
Fogonero
SS Romera
1917
Echevarria, M
Marinero
SS Willehad
1906
Garabieta, Miguel
Larrabetzu, 1888
SS Clarendon
1907
Isasi, E.
Bombero
SS Koromiko
1916
Iturraspe, Alex
1892
SS Aeon
1922
Landa, Z
Bilbao
Bombero
SS Yedo
1909
Lanz, M
1890
Bombero
SS Port Hackey,
1919
León, Domingo
Bilbao, 4-04-1875
Bombero/engrasador
SS Wonga Fell,
1905
Urizar, M.
SS Camberra
1915
Urquijo, G.
1897
Wiper
SSVentura
Urquijo, M
SS Camberra
1915
Urquijo, S.
1880
SS Ventura
1914
Urruty, J
Palero
SS Sonoma
1905
Zamora, E
SS Falls of Dee
1907
Vascos desembarcados en Sydney

Brigida Sesma y Valentin Ypiñzar
Brigida Sesma y Valentin Ypiñzar (Cortesia Bon Johnston Ypiñazar).
En 1912, desembarcaron en Sydney, tras hacer escalas en Fremantle y Melbourne, cuatro maquinistas navales vascos: los hermanos Aquilino y Gabriel Sesma, de Lekeitio, José Rentería (probablemente, de Elantxobe) y Valentín Ypiñazar, de Zeanuri (cuñado de los primeros). Tras unos años en Sydney, los hermanos Sesma recibieron una oferta para trabajar en los molinos azucareros de Queensland (movidos por máquinas de vapor). Casi una década después. Ypiñazar, junto a su familia. Su esposa Brígida, y sus hijos Juanita (nacido Lekeitio, 1909), Gabriel (nacido Bilbao, 1911), Maria (nacido Sydney), Valentin Pedro (Sydney, 1917), Jose Damían (Sydney, 1919), Jack y Raymond se trasladaron a Ayr donde trabajó como mecánico. Julian Elordi y Valentin Odria, de Lekeitio, llegaron en 1924 patrocinados por Sesma. Odria fue hacendero en Ingham.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, aumentó la demanda de marinos mercantes (y con ella los salarios) que no fuesen susceptibles de movilización. Así, el 26 de marzo de 1915 llegaron a Sydney a bordo del SS Camberra como pasajeros tres vascos, J. Arana, M. Urquijo y J. Urizar procedentes de Brisbane donde trabajaban. El primero de ellos, Arana, era “First Grade Mariner” (es decir, tenía licencia de piloto).
Por otro lado, al estallar el conflicto, muchos marinos vascos (sobre todo, los maquinistas) dejaron Australia para enrolarse en barcos norteamericanos donde las condiciones de trabajo y los salarios eran mejores. Ese fue el caso de, entre otros, del bilbaíno Domingo León. Navegó durante un tiempo em los correos de la Ward Line, instalándose en Brooklyn. En 1931 solicitó la ciudadanía americana ante un tribunal de Nueva York.

Camino de Caledonia

Messageries Maritimes
Hasta bien entrado el siglo XIX, los franceses se referían al Océano Pacífico como “el lago español”. A Tasmania, eso sí, llegaban los balleneros franceses que, en aquellos años, competían con los americanos. Los capitanes contrataban a marinos y mareantes “extranjeros” y maoríes7.
Australia estaba en la ruta de los correos franceses que se dirigían a las colonias de Francia en el sur del Pacífico. En el último cuarto del siglo XIX, la principal línea que llegaba a Oceanía fueron los de Messageries Maritimes. En estos correos, fueron numerosos los tripulantes vascos en esos correos: vasco-franceses y vasco-españoles.
Así, a bordo del SS Yarra procedente de Marsella el 7 de julio de 1889 venían Andre Hiribarren, François Chourito, Gregoire Hauchechury y Auguste Etcheverry. En abril de 1894, llegaron a Sydney a bordo del SS Tanais desde Noumea (Nueva Caledonia) Clement Laserre, Saturnino Martiarena, G. Santamaría, Jean Baptiesta Ugartemendia, Pierre Ugartemendia. En enero de 1895, llegaron a Sydney a bordo del SS Tanais desde Noumea (Nueva Caledonia), Tomás Santamaría (contramaestre) y los marineros Clement Lasserre, Jean Baptiste Ugartemendia y el fogonero Jean Baptiste Chilibost.
A bordo del paquebote SS Armand Béhic, desde Marsella el 26 de junio de 1896: Gregoire Anchochoury y Andrés Zozaya (carpinteros) y como marineros: José Zozaya, Antoine Ancibero, Joseph Amonarritz Vincent Elisabe, Jean Ugartemendia, Pierre Arandia y José Ugartemendia. Este barco siguió hasta Noumea y, a su regreso a Sydney en julio de 1895, además de los citados, venían embarcados como marineros, además de los citados, François Elosseguy y Joaquín Leunda En 1901, los hermanos Zozaya y Urgatemendia seguían embarcados en el SS Armand Béhie.
A bordo del SS Polynesien8 llegaron a Sydney procedente de Noumeae en julio de 1898, embarcados como carpinteros; Nicolás Zozaya y Jean Larramendy. Larramendy estuvo casi diez años haciendo la ruta a a Australia. Algunos, como Larramendy, llevarona sus mujeres a vivir a Sydney (que era el puerto en el que pasaban más tiempo).
Además de los correos, los cargueros que se dedicaban al comercio entre Nueva Caledonia, sobre todo, y la Polinesia Francesa. Estos barcos tocaban dos veces puertos australianos, sobre todo Sydney, en la ida y en la vuelta. En ocasiones, pasaban más de un mes en este puerto haciendo reparaciones o esperando para completar la carga. Los negociantes franceses compraban en Australia cerdo salado para Tahiti, alcohol, armas9.
En este comercio participaron algunos barcos procedentes de Burdeos y Bayona, manteniendo su actividad hasta los primeros años del siglo XX. Es cierto que, en comparación con el puerto de Marsella y otros del norte de Francia el porcentaje no era importante. Sin embargo, si lo era en lo relativo.
1 Sobre la transferencia de tecnología ver Jesus Mª Valdaliso, “Las navieras españolas en el espejo británico (c. 1860 - c. 1914): la transferencia de capitales, sistemas de gestión y modelos de financiación en una industria internacionalizada”, Transportes, Servicios y Telecomunicaciones, diciembre 2007, Número 13, pp. 94 a 121
2David Eccles, Larrinaga Line, 1863-1974, Windsor (2005). The World Ship Society.
3Thierry Du Pasquier, Les Baleiniers Français au xixe siècle. 1814-1868, Éditions Terre et Mer 4 Seigneurs, Grenoble 1982.
4 Martin Arenas, nacido en Barcelona, había llegado a Melbourne desde Liverpool en el HMS Great Britain junto a su esposa y tres hijos el 5 de diciembre de 1870. Durante unos años regentó un restaurante en Melbourne.
5James Jupp, ed, Australian People. An Encyclopedia of the Nation, Its People and their Origins, Oakleihgs (2991), p.690
6Nacido en Bermeo en 1874, era hijo de Juan Bautista Allica y de Leandra Astoreca. Falleció en el estado de Victoria en 1943.
7Claire Laux, “Des français dans le comerce maritime des ìles du Pacifieque au XIe siecle: des traficants au negociants”, en “Les franáis dans le Pacifique”, Revue d’Histoire Maritime 6, Paris, 2006, p. 35.
8El barco fue hundido por un torpedo alemán cuando salía de La Valetta en 1918.
9Ibidem, p. 43.

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