La Batalla del Sollube (2ª Parte)


De Francisco Manuel Vargas Alonso

2.2. OPERACIONES PRELIMINARES. LA CAÍDA DE GERNIKA

El día 26 de abril se confirmaba el derrumbamiento del frente guipuzcoano con la entrada en Eibar de las fuerzas franquistas de la IV de Navarra. Las tropas vascas al Norte del macizo de Oiz se replegaban a marchas forzadas hacia Gernika mientras esta última localidad quedaba reducida a escombros tras un demoledor bombardeo dela aviación rebelde. Los dos días siguientes fueron de tremenda presión para el mando vasco, acuciado a montar una línea defensiva efectiva mientras los efectivos propios que se retiraban desde la muga guipuzcoana fluían desmoralizados y extenuados hacia la retaguardia.

Según Antonio Landa, gudari de la compañía “Azkatuta” del batallón Aristimuño, el Saseta ayudó desde Bermeo a su unidad en una situación comprometida mientras se retiraba desde Markina en esos días. Este es su testimonio (N 225):

“Estamos ya en plena ofensiva de las tropas de Mola y nos retiramos delas posiciones de Markina alrededor del dia 26 en que bombardean Gernika.

Ocupamos unas posiciones en los altos de Jemein, próximos a Bedaitxandi. De allí, a la noche, prácticamente copados y en compañía delos batallones Otxandiano y Castilla, bajamos ala carretera, y tras sorprender a cuatro vigilantes de Flechas Negras, tomamos dirección a Lekeitio, donde al amanecer entramos, siendo tomados por tropas enemigas, pues ya el pueblo había sido evacuado por nuestras fuerzas.

Las líneas telefónicas no han sido cortadas y comunicamos con el batallón Saseta que tiene su acuartelamiento en Bermeo. Nos envían algunos vehículos y nos trasladamos a Gernika, aún en llamas".

Las fuerzas franquistas aprovecharon con rapidez el derrumbamiento vasco entre Eibar y el mar. El 27 de abril las columnas de la IV de Navarra ocupaban Etxebarria, Markina y Urberuaga, mientras la Brigada Mixta Flechas Negras entraba a su vez en Berriatua. En total, el equivalente a 20 batallones y a cinco grupos de artillería, con apoyo blindado  y aéreo, se movían con rapidez apuntando hacia Gernika, sin encontrar apenas resistencia. Sólo al Sur del Oiz, en Durango, las tropas de la l de Navarra encontraron una enconada resistencia.

La Brigada de Piazzoni inició su acción reforzada por más de dos grupos de artillería, uno de obuses de 100 mm., otro de cañones de 100,5 mm., ambos italianos, más una batería española de 150 mm. Además, se le agregó el Batallón 3º del Regimiento América y una ambulancia de montaña. El Regimiento 3º dela Brigada, menos su 33 Bandera, junto al batallón de América citado actuó en el primer escalón de avance, mientras el 4º Regimiento y la 33 Bandera del 3º guardaron el flanco izquierdo del avance.

El 28 la I de Navarra lograba entrar en Durango. Por su parte, la IV Navarra progresaba hacia Gernika posesionándose sus dos columnas de Belazandi, Aulestia, llunzarmendi y Navarniz, la mandada por Iglesias, y de la ermita de San Cristóbal de 0iz, cota 635 y monte Garoño, Urrutxua y cota 363, Arbácegi y Gerrikaiz, montes Metrollo y Oampona, San Miguel de Mendata y Marmiz la mandada por Esparza. Este último mandaba en la IV la Media Brigada de África, formada por los batallones “B" de Cazadores de Melilla (que como todos los de Cazadores incluía una compañía “indigena" marroqui de choque), el 5º tabor de Regulares de Tetuán, el 2º batallón de Flandes, una sección de Montaña de Sanidad Militar, una compañía de carros de combate y una bateria legionaria italiana. La fuerza de Martinez Esparza protagonizó un auténtico paseo, saldado con un herido propio frente a seis muertos y 48 prisioneros vascos. De los últimos 43 eran zapadores sorprendidos por el avance del 2º de Flandes.

En cuanto a Flechas Negras, el batallón Autónomo ocupaba en una operación combinada, portierra y mar, Lekeitio, mientras el grueso dela Brigada se concentraba en Ondarroa. De nuevo, la resistencia era nula ante el repliegue de las fuerzas vascas a la linea de defensa prevista por el alto mando. Piazzoni explicó asi el avance a Mola:

“a las 11 horas aproximadamente un pelotón de Legionarios avanzando por la carretera de la costa con gran ímpetu ocupó Lequeitio siendo recibido con júbilo por la población.

Alrededor delas 13 horas y en embarcaciones preparadas y armadas con Guardias de Asalto, Flechas Negras, Falangistas y Requetés de Ondarroa desembarcaron en Lequeitio procediendo ala ocupación efectiva dela población ( …).

A las 16,30 he desembarcado en Lequeitio donde qu eda establecido mi Puesto de Mando; cerca delas 21 horas todas las tropas han alcanzado la Zona Ungaran Lequeitio incluso el Grupo de 75 y la Bateria Antiaérea.

Por la noche fue enviado un pequeño reconocimiento en autocamiones porla carretera de Guernica pero ante el fuerte movimiento en las inmediaciones dela villa las noticias delos paisanos acerca dela ocupación delas alturas próximas y lo obscuro dela noche no pudo el mismo continuarse más allá de Cortezubi".

A las 17,30 horas del 28 Mola remitió una detallada “Instrucción sobre Operaciones” a Flechas. En la misma ordenaba proseguir el avance desde Lekeitio sobre Arteaga, extendiéndose de Norte a Sur por la margen derecha de la ria de Gernika, tras dejar destacamentos en Ibarragelu, Elant xobe, Anzora y Kanala, el grueso dela Brigada se concentraria en Arteaga, Kortezubi yGernika. En la última acordaria conla 1a División de Navarra, —la cual aglutinaba alas cuatro Brigadas de esa denominación, en realidad de tamaño divisionario, por lo quela citada División era un auténtico Cuerpo de Ejército—, la defensa dela Villa, interceptando las carreteras hacia Bermeo, Mungia yAmorebieta, y cuidando la reacción adversaria procedente, previsiblemente, de las dos últimas direcciones. El Jefe del rebelde Ejército del Norte concluía su instrucción en estos términos (N 226):

“Llegado a la ría de Guernica impedirá toda relación delas gentes dela orilla derecha con las de la izquierda y asimismo impedirá la navegación porla ría salvo la de aquellas embarcaciones de pescadores que perteneciendo alos pueblos de la margen derecha tengan autorización expresa de las nuevas autoridades locales que se nombren".

Los días 27 y 28 el militar francés que asesoraba al lehendakari Aguirre actuó enla zona de Gernika, tratando de imponer sus criterios alos mandos y unidades desplegadas enla zona. Steer describe el intento del galo de mejorar la línea defensiva, al tiempo que Viene a atribuir a Olleros yGarcía Gunilla la responsabilidad de su de fectuoso despliegue trasescudarse en la “falta de instrucciones". Steer habla incluso de que el Mando vasco estaba destruido. Olleros yGarcía Gunilla se atenían alo ordenado enla citada Orden General, y esperaban a su jefe natural, el coronel Llarch. El problema para Monnier (Jaureghy) era que carecía de atribuciones para hacer o deshacer en la línea de frente (N 227).

El día 29 el recién estrenado despliegue defensivo delas tropas vascas, asturianas y santanderinas se derrumbó ante Gernika. A las 4 de la mañana fuerzas de vanguardia dela 2a Vasca de García Gunilla se posicionan al Oeste de Gernika. A las 8 horas fuerzas de dos batallones atacan la línearebelde, chocando con las avanzadas de la IV de Navarra en Marmiz, siendo rechazadas tras un duro forcejeo por el 2º batallón de Flandes. El recién liegado coronel Llarch traía el plan de avanzar hacia el sudeste, para llegar, vía Marmiz, a recuperar las alturas perdidas en el Oiz días antes. Sin embargo,la concentración de fuerzas en emigas al Norte d e Rentería, mot ivó que el comandante Cristóbal acudiese ante Llarch para reclamarsu atención sobreel inicio de un avance que amenazaba la izquierda de las fuerzas del coronel. Cristóbal no consiguió nada, al igual que Jaureghy, que trató de disuadir al coronel para que atendiera el flanco izquierdo y lanzase un contraataque allí. Llarch le desautorizó con malos modos.

A las 8,30 dela mañana, las fuerzas rebeldes iniciaron la ofensiva condirección a Gernika. Tras bombardear el monte Urgogana (cota 251), con una batería de acompañamiento de 70 mm., el batallón de Argel posicionado en Marmiz Io asaltó. Una compañía de carros avanzó entonces con rapidez hacia Gernika, cortando la retirada de parte delos defensores del Urgogana, que se rindieron Los carros prosiguieron su marcha hacia la Villa foral, sumánd se a su comitiva el teniente coronel José Martínez Esparza. Este, contempló desde Ajangiz la llegada ala estación de Gernika de un tren con fuerzas de la 1a División Vasca 228

En el atrio de la iglesia de Ajangiz Esparza recibe la rendición de varios combatientes vascos huidos del Urgogana, que marchan al cautiverio en dirección a Bolivar. Los carros Panzer l de la IV prosiguen el avance mientras Esparza ordena colocar dos piezas contracarro en el atrio con el fin de batir el convoy ferroviario. Sólo consiguen lanzar dos disparos cortos, mientras el tren, alertado ya, emprende una veloz retirada. Las tropas vascas vuelan el puente de Rentería, tratando de retardar el avance franquista; pero, los carros franquistas pasan el Oca, rebasando la localidad y colocándose en las salidas dela Villa hacia Bermeo yAmorebieta. Al mismo tiempo llegaban a Gernika las tropas del batallón de Argel. Los carros y el movimiento envolvente del Argel desde el Sur de la localidad provocan la desbandada de los defensores, que huyen sin oponer resistencia. Llarch ysu Estado Mayor son copados por los blindados rebeldes. El comandante del Cultura y Deporte, Santiago Calvo, se refugia primero en una casa y luego se abre camino con bombas de mano, eludiendo el débil despliegue enemigo inicial en la villa y reintegrándose a las líneas propias. Sin embargo, a uno de sus tenientes, Francisco Lodeiro, le fue abierto un sumario por abandono de posición.

Dentro de Gernika, los moros dela Plana Mayor de enlaces de la IV hacen prisionero al nacionalista vasco y poeta Esteban Urkiaga (Lauaxeta), junto a un periodista francés. Urkiaga será fusilado más tarde en Vitoria.

A las diez y media dela mañana la Villa ya estaba totalmente ocupada. La IV de Navarra consolida la ocupación de Gernika y varios escuadrones de Caballería a pie avanzan ocupando Luno (Lumo) y el monte Aiserrota. Desde el puesto de mando dela IV en Cenarruza, Mola y Alonso Vega marchan hacia Gernika, conociendo las últimas novedades cerca de Marmiz, donde Martínez Esparza, que marchaba a informar a Cenarruza, les relata el éxito obtenido A costa de sólo 33 bajas, incluidos cinco muertos, han entrado en la villa, capturado 72 prisioneros, entre ellos eljefe de una División, y matado a 48 enemigos. Los batallones vascos Otxandíano, Malatesta y Zabalbíde,junto al 138 de Santander, han sido los más castigados, junto a alguna fuerza de Zapadores 230.

Desde la margen izquierda de la ría, las tropas dela 1a Brigada de Olleros contemplaron el avance de las columnas de Flechas Negras procedentes dela zona de Elantxobe, en su marcha hacia Gautegiz de Arteaga.

También se cercioraron de cómo el enemigo emplazaba baterías pesadas en la carretera de salida Gernika—Bermeo. La única medida que se le ocurrió a Olleros fue utilizar su propia artillería, una sección de 75 mm., para batir a la artillería adversaria. La media batería republicana se emplazó en el sector que ocupaba el batallón Mungia, al Sur de Pedernales y sobre un camino vecinal perpendicular a la carretera Gernika—Bermeo.

Los franquistas iniciaron el 29 la remodelación de su despliegue atacante. Ese mismo día quedaba establecido en Cenarruza el puesto de mando de la V Brigada de Navarra, cuya constitución acababa de ordenarse, y de su coronel Juan Bautista Sánchez González. La nueva unidad tenía orden de cubrir el eje de marcha dela IV, para lo que contaba con alguna unidad nueva ysin experiencia bélica, caso del Batallón del Regimiento Zamora. En realidad, la V iba a formarse mediante la absorción en parte de efectivos de la IV. Esta última se reconstituiría con nuevas unidades; pero seguiría bajo el mando de Alonso Vega, pasando a guarnecer un sector inactivo al suroeste de Durango.

La IV Navarra aseguró las zonas en torno a Mendata, Albiz, y las posiciones dominantes de dichas localidades, el vital cruce de Urrut xua y las cotas adyacentes. Mientras, en Gernika se consolidaba la ocupación, nombrándose un comandante militar. En ese marco, Martínez Esparza declaró quela IV Brigada no recibió el día 29 ninguna orden para la jornada siguiente, e igualmente tampoco las recibió el día 30, aunque señala que “nosotros no carecíamos de ideas propias sobre la dirección en que debía proseguirse el avance, es natural que no pensásemos ni por un momento en continuar o sin tener noticias de cómo el Mando de la Agrupación de Brigadas de Navarra y del Ejército pretendían proseguir la acción. El intentar, o era expuesto a que, aun haciéndolo con la mejor voluntad, se comprometíesen gravemente los planes del Mando“ (N 231).

El testimonio anterior es decisivo, en cuanto a que apuntala responsabilidad inmediata del mando de Flechas Negras en el papel que el episodio de Bermeo supuso para la detención del avance franquista sobre Bilbao. En efecto, Martínez Esparza detalla que enla noche del 29 al 30, después de la cena, él y sus acompañantes fueron testigos de cómo el general Mola, de nuevo en Vitoria, trataba de enlazar con el Mando italiano en Gernika, llegado a la Villa la misma mañana del 29, para dar la orden de no actuar el día 30.

Sin embargo, el teniente coronel Barba, en lace con el mando legionario, solicitó los medios blindados dela IV para proseguir el avance por la costa pese a que Martínez Esparza le informó de lo apuntado telefónicamente por Mola.

En el campo defensor lo sucedido el 29 fue un mazazo de grandes proporciones. Para muchos todo estaba perdido El Consejo de Gobierno Vasco se reunió, presidido porAguirre, con el general Jefe del Ejército del Norte, Francisco Llano, y los Jefes de Estado Mayor y de Operaciones de Euzkadi y del Norte. Los militares consideraron que la única forma de evitar la caída de Bilbao era la llegada inmediata de aviación. Los mismos militares apuntaron que la resistencia estaba agotada. Esto acabó conla paciencia de Aguirre, y determinó aún más la decisión que veremos más tarde, de prescindir de Llano, al que no se sentía supeditado, y asumir directamente el mando de las tropas ( N 232).

Ante el sesgo favorable tomado por la campaña vasca a finales de abril, el mando franquista decidió agrupar el exceso de unidades de algunas de sus Brigadas y algunos de los refuerzos llegados en una nueva Brigada. La nueva unidad recibió la denominación de V Brigada de Navarra. Sin embargo, aparte de las formaciones extranjeras o “mixtas”, era la menos navarra, o si se quiere “vasco-navarra“, de las unidades de Mola, ya que el grueso de la V de Navarra se componía de unidades procedentes de Galicia. Cuatro de los ocho batallones de infantería iniciales dela misma procedían de aquella región Los batallones 4º y 7º del Regimiento de Infantería de Zamora (8º de Infantería) fueron organizados en la sede de dicho Regimiento, en La Coruña; el 11º batallón del Regimiento de Infantería de Zaragoza (30º de Infantería) venía de Lugo, y el nombre de la 23 Bandera de Falange de La Coruña es significativo del origen de sus efectivos (N 233).

Los otros cuatro batallones de infantería eran el 5º del Regimiento San Quintín, 25º de Infantería con sede en Valladolid; 3º del Regimiento Argel, 27º de Infantería de guarnición en Cáceres; 8º del Regimiento Valladolid, 20º de Infantería de guarnición en Huesca, y, por último, el 4º tabor de Regulares de Alhucemas, formado por tropas marroquíes deI Protectorado encuadradas por oficiales y clases europeos. Aparte delos batallones citados la Brigada contaba con un batallón de Ametralladoras, el 7º, y una compañía de infantería formada por requetés. Esta última era designada en su organigrama inicial como “ compañía de Requetés de Vizcaya Esta compañía quedó, en principio, adscrita al servicio de retaguardia dela Brigada. Por ello, permaneció en la base establecida por la V en Gernika entre el 30 de abril y el 26 de mayo. La compañía crecería en junio al sumársele una nueva compañía, dando lugar al vizcaíno Tercio de Requetés Nuestra Señora de Begoña y transformándose poco después en un auténtico batallón en cuanto a sus efectivos (N 234).

La V de Navarra disponía de tres baterías artilleras, la 6a de Ceuta y las 93 y 123 baterías. El Parque Móvil de municionamiento estaba formado por fuerzas del Regimiento de Artillería Ligera nº 8, de Pontevedra. Como fuerzas de Ingenieros empleó la 4a compañía de Zapadores, el llamado batallón Ochoa de Ingenieros, un titulado Grupo Mixto de Ingenieros y los Zapadores de Pamplona. Respecto alas Transmisiones dela V de Navarra, se formaron en base a fuerzas del Tercio de Radio Requeté de Campaña, cuando, en plena campaña de Bizkaia, se adscribió una sección del mismo a la recién constituida V Brigada. El sargento Emilio Echarte, de la 1a sección del Tercio, también llamada “Sección de Vergara“, fue destinado a mandar la previo su ascenso a alférez. Más tarde llegaría a mandar una compañía del citado Tercioº 35.

Además a la V, le quedaron agregados provisionalmente en esos días, como veremos, algunas unidades de la IV de Navarra, caso por ejemplo del 2º batallón de Montaña del Regimiento Flandes nº 5, de Vitoria, unidad que mandaba el comandante Luis Fernández de Pinedo Alonso. También lo fueron el 5º Tabor de Tetuán y el batallón “B" de Cazadores de Melilla (N 236).


2.3. LA ENTRADA “ITALIANA” EN BERMEO (30 DE ABRIL)

El 30 de abril las fuerzas vascas y asturiano-santanderinas lanzaron un contraataque. Mientras se trataba de mantener fijados los frentes en Gernika y Durango, en poder del enemigo, varias Brigadas avanzaron sobre la vertiente oeste del macizo del Oiz. Se trataba de continuar con el plan que le resultó imposible dirigir al coronel Llarch. De tener éxito ello posibilitaría un posible envolvimiento del despliegue enemigo Si las fuerzas del Frente Norte, 0 1a División Vasca y los refuerzos del Ejército del Norte, lograban ocupar el cruce de Urrutxua y las cotas dominantes quizás se podría avanzar hacia la cima del Oiz y hacia Arbazegi-Gerrikait z, desbaratando todo el despliegue franquista en Gernika.

En la noche del 29 al 30 las fuerzas vasco-asturianas situadas en Ajurias, algo más de 5 km. al Sur de Gernika, iniciaron el movimiento de ataque sobre Urrutxua. Las fuerzas dela 12a Brigada Vasca se lanzaron hacia la cota 430 y Urrutxua, con el objetivo de cortarla carretera entre dicha localidad y Gernika. Más al Sur la 3a Expedicionaria Asturiana lo hacía con el objetivo de rebasar la carretera Urrutxua-Durango para tomar el monte Garoño.

A las 3,30 de la madrugada se iniciaba el combate, con un denso tiroteo al que rápidamente se sumó el estallido delas bombas de mano. Las fuerzas atacantes consiguieron con rapidez sus objetivos, mientras varias compañías del 4º batallón de Zamora huían a la desbandada. Las tropas republicanas se hicieron en sus ataques con la cota 430 y el monte Garoño, cortando las carreteras de Urrutxua a Gernika y Durango, cercando el citado pueblo

La reacción delos nacionales fue inmediata. EI tabor de Regulares de Tetuán, mandado por el capitán Juan García, montó un rápido contraataque, dando un vuelco a la situación. Las compañías 2a y 3a del Tabor se lanzaron al asalto dela cota 430, recuperándola y causando numerosas bajas entre las tropas republicanas. Estas dejan enla misma posición una ametralladora Colt y un fusil ametrallador francés, así como 19 muertos y siete prisioneros. Otras bajas quedaron diseminadas en el camino de retirada.

El batallón de Zamora reclamó la presencia de refuerzos al Sur de Urrutxua, donde el monte Garoño también fue ocupado por el ataque republicano. Tras su éxito enla 430 el Tabor remitió hacia allíla única compañía disponible, la 13, para que en unión delas deI Zamora contraatacase. Al mismo tiempo, ya de día, las tropas republicanas lanzaron un fuerte asalto sobre Urrutxua, apoyadas en vanguardia por cuatro blindados soviéticos BA-6, equipados con cañones de 45 mm., que llegaron hasta la primera casa de la carretera de Gernika. El tabor rechazó el ataque con fuego de ametralladora, granadas de mano y morteros. Blindados e infantes se retiraron hacia Ajurias, reorganizándose y tratando de avanzar en otras cuatro ocasiones, sólo para ver sus esfuerzos cortados por el eficaz fuego cruzado de las ametralladoras del tabor (N 237).

Mientras, en el Garoño, la 1a compañía del 5º de Tetuán contraatacó junto a fuerzas del 4º de Zamora, recuperando la cima tras aniquilar a los ocupantes de la misma. A pesar de estos reveses, las fuerzas republicanas insistieron por dos veces más en sus suicidas asaltos sobre Urrut xua, hasta que hacia las 11 dela mañana se retiraron definitivamente a su base de partida enla zona de Ajurias, bajo el fuego de hostigamiento delas tropas rebeldes.

En el resto de la línea de la IV, hasta Gernika incluida, tan sólo se dieron esporádicos tiroteos y algo de fuego de artillería. Según el parte de la Brigada, la misma sufrió 50 bajas (12 muertos y 38 heridos), sin embargo, las bajas debieron ser algo mayores, ya que la cifra reseñada era la que daba la propia Sanidad militar franquista. Los datos del Zamora son muy incompletos, y probablemente hubo ocultamiento del revés inicial sufrido por la unidad Además, los republicanos lograron hacer al menos cuatro prisioneros al batallón Zamora, tal como señalaba su parte en la prensa del 1º de mayoº38.

Para las tropas vasco-asturianas el ataque se saldó en una auténtica matanza bajo el certero fuego de las expertas tropas africanas. Los franquistas evaluaron las pérdidas adversarias en 250 “entre muertos y heridos, recogidos” ya el Parte rebelde decía a su vez “que se llevan recogidos 230 entre muertos y heridos, varios prisioneros, cinco ametralladoras y material diverso".

Es difícil dar una cifra exacta de las bajas vasco-asturianas; pero parece cierto que superaron las 200 bajas, aunque es dudoso que tal número fuera recogido por sus rivales en el campo de batalla. Sí hay constancia de más de 50 muertos en el Frente Norte o de la 1a División Vasca en dicho día, de ellos cuatro quintas partes quedaron en el campo de batalla, sin poder ser recogidos por sus compañeros. Las unidades más castigadas fueron los batallones Sacco y Vanzettí que sufrió unos 30 muertos y varios prisioneros, así como los batallones 213 y 230 de la 3a Expedicionaria de Asturias que tuvieron otros tantos muertos.

Entre los combatientes franquistas distinguidos se contó el sargento Teodoro Paredes López, del 5º de Tetuán, que mató a un teniente y a cuatro soldados republicanos. Más tarde se distinguiría en Sollube en la captura de dos piezas artilleras vascas.

Mientras se producían los combates citados las fuerzas de Flechas Negras, siguiendo el plan prefijado por Piazzoni en la jornada anterior, realizaron un avance profundo que les llevó a ocupar todo el territorio por el que discurría la carretera de Gernika a Bermeo, incluida la villa marinera. Esta acción la facilitó el repliegue de las fuerzas vascas dela 1a Brigada alas cumbres del macizo de Sollube Como informa el oficial del Mungia citado, Urrutikoetxea, en la mañana del 30 de abril llegaba la orden de evacuación de todas las posiciones vascas al Norte de Gernika, con el fin de ganar las alturas del Sollube ( N 239):

Pedro María de Urrutikoetxea, teniente del batallón Mungia, del Euzko Gudarostea. 1937.

“Aquella mañana salimos de Pedernales, llegamos a Mundaka y, por un camino vecinal, a la izquierda, pusimos proa al coloso Sollube. Subimos, subimos, no llegábamos nunca. Mucha fatiga y rancho frío. A medio camino uno de mis enlaces me informó que, a pocos pasos hacia la derecha, vivían unos tíos suyos, y me propuso llegar ambos allá para conseguir alguna comida caliente.

Allá fuimos y, efectivamente, aquella maravillosa etxeko-andre nos atendió como a hijos propios. Grandiosas tazas de leche caliente con talo sopas. Me convertí en otra persona cuando aquel tónico llegó a mi estómago. Nos despedimos de aquella hada bienhechora ya seguir monte arribal".

Otro oficial del Munguía era Jesús de Olabarri y Sagarduy. Este da cuenta dela presencia de las fuerzas santanderinas de Fervenza en la zona 240:

“Después de permanecer algunos días en las inmediaciones de Guernica se nos ordenó subir al Sollube donde haríamos contacto con fuerzas adictas que ya se encontraban allí. Cuando nos aproximábamos el grupo de cabeza a la cumbre del Sollube se nos echó una niebla bastante tupida. Faltando ya muy poco para llegar a lo alto pudimos observar como unas sombras se movían en la misma cumbre entre la niebla; pero que desaparecieron con prontitud en dirección contraria a la que nosotros llevábamos. Seguimos detrás de ellas para averiguar quienes eran y a poco, al bajar, quedamos libres dela niebla y vimos cerca denosotros un pinar de unos diez años poblado de maleza. Dimos voces diciendo quiénes éramos porque sin duda se encontrarían allí dentro los que huían de nosotros. En efecto, al poco rato salió del pinar un oficial de un batallón santanderino quien a su vez, después de saludamos, invitó a voces a que salieran, como así lo hicieron, las fuerzas a sus ordenes. En armas y ropas no estaban muy bien presentadas".

El avance de Flechas motivó el repliegue del grueso dela 1a Brigada Vasca. Una unidad, el batallón Cultura y Deporte desplegaba ese día al oeste de Gernika, por el área de Mugika, de donde se replegaría mientras se libraba la batalla del Sollube para intervenir, a partir del 13 de mayo, en la batalla por el Bizkargi, con pérdidas apreciables. Yen cuanto al batallón San Andrés, dela 9a Brigada, evacuó directamente desde Bermeo En la villa estaba su acuartelamiento habitual, y el 30 de abril estaba descansando allí según Beldarrain.

Algo que coincidiría con la versión facilitada por algunos testigos de que en la evacuación de Bermeo participaron tanto civiles como gudaris (N 241).

El grueso dela 1a Brigada desplegaba desde Altamira a Mundaka, y el 30 de abril la aparición dela columna de Flechas por la carretera de Gernika provocó, según Beldarrain, una espantada que llevó en retirada a la Brigada hacia Bermeo y las cimas deI Sollube La descripción delas nuevas posiciones en la ladera oriental del macizo no puede ser más interesante:

“Al Este del Sollube en su tramo Norte, o marítimo, la ladera ofrecía puntos de los que poder servirse para disparar a la carretera que lleva a Bermeo. No serían buenas posiciones para una lucha, aunque poco prolongada, porque a retaguardia había mucha montaña hasta localidades de alguna entidad como base para el abastecimiento y la evacuación de heridos. Bakio y Larrauri quedaban muy lejos, a varias horas de monte, y la aldea de Mañuas en la carretera, próxima a la cumbre en la contrapendiente, era demasiado pequeña y vulnerable para la aviación yla marina".

Según el mismo Beldarrain, en la mañana del 30 de abril el batallón San Andrés, de la 9a Brigada, estaba en Bermeo, descansando de la retirada realizada desde el frente de Markina. El despliegue inicial dela unidad se dio en la carretera Mundaka-Bermeo. Acontinuación estaban las fuerzas de la 1a Brigada. De ésta, el batallón Amayur quedó ocupando posiciones desde la cota 334 de Castilucho (Kastillotxu), hacia el Sollube La citada cota estaba a 1,5 kilómetros de Mundaka y Pedernales, dominando ambas localidades, y a 2,5 kilómetros al sureste de Bermeo Ese terreno era conocido para el batallón, ya que su acuartelamiento había estado en Mundaka.

El mismo Beldarrain señala que al sur del Amayur, y enlas vertientes del Sollube que dominan el área entre Castilucho yla cota de Vistalegre estaban los batallones Mungia y Cultura y Deporte, cubriendo un área de más de tres kilómetros, con numerosos caseríos y caminos vecinales. Sin embargo, el último batallón no estaba ahí, sino más bien hacia el oeste de Gernika.

Después, en la zona de Busturia y Altamira, estaba el 2º batallón de ANV/Euzko lndarra. Este ocupaba la cota de Vistalegre, de 275 metros de altura, situada a 1,5 kilómetros delas dos poblaciones citadas. A un kilómetro a retaguardia de la anterior, en dirección al Sollube, la unidad ocupaba el monte Añetu, de 360 metros de cota.

Ese despliegue fue el que se derrumbó ante el avance ordenado por el mando italiano. Se abandonaron las posiciones de Vistalegre y Castilucho, y en general las posiciones vascas en las cotas bajas sobre la carretera entre Bermeo yGernika. Las unidades vascas se replegaron a cotas más altas de las laderas orientales, y hacia la cima del macizo. El San Andrés llegó en retirada a la cabecera del arroyo de Artigas y a Tribiris, —Beldarrain cita el molino de Tribis—, posiciones situadas 3 kilómetros al Sur de Bermeo Mientras, las fuerzas dela 1a Brigada pasaban a la zona alta del macizo, porla zona de Larrazabal, quedando el monte Añetu en manos del 2º ANV.

En cuanto a los italianos, Piazzoni se mostraba optimista ante el derrumbe del frente vasco en los días anteriores. La información de los desertores le señalaba un repliegue del enemigo hacia Mungia Alas 9,30 horas una orden suya era emitida a sus unidades con el objeto de prepararse para proseguir la acción. Poco después las vanguardias exploradoras de Flechas se ponían en movimiento hacia el Norte. A las 12,40 del mediodía, Piazzoni comunicaba a Mola los datos recogidos, mostrando una halagúeña situación tras tres días de avance. El mando italiano informó alas 17 horas, desde Arteaga, al Comandante franquista Troncoso, del Cuartel General franquista, de la evolución delos acontecimientos hasta ese momento (N 242):

“Esta mañana se ha hecho un reconocimiento sobre Mundaca y Bermeo se ha ocupado Altamira; nuestras patrullas están junto a Pedernales. El puente sobre la carretera Guernica-Bermeo al Sur

de Altamira está saltado; he dispuesto su reparación. El movimiento prosigue sobre Mundaca-Bermeo, vigilando el flanco izquierdo. Desertores y personas civiles pasadas a nuestras líneas afirman que el enemigo se ha replegado hacia Mundaca. Mi mando táctico estará desde las 17 horas de hoy en Arteaga".

La respuesta de Mola fue inmediata, y alas 17,30 Troncoso, en nombre del general transmitía por teléfono a Deba la siguiente orden, confirmada luego por telegrama oficial. Probablemente se remitió a Deba por no estar todavía disponible la línea telefónica hasta Arteaga (N 243):

“No efectúe ningún avance hacia el Norte, sin tener perfectamente asegurado su flanco izquierdo, por donde puede ser atacado por el enemigo en tanto no avance hacia el Oeste la 4a Brigada".

La orden de Mola, que por otro lado tampoco prohibía terminantemente el avance, llegó con tres horas de retraso alas manos de Piazzoni, quien la recibía alas 20,30 horas en Gernika. Para entonces era tarde en cuanto a la no prosecución del movimiento italiano hacia el Norte. Las tropas bajo mando italiano estaban ya con su vanguardia en Bermeo y escalonadas en las localidades dela margen izquierda de la ría de Gernika. Piazzoni aseguró a Mola que el flanco izquierdo estaba protegido y que la artillería desplegada en la margen derecha aseguraba protección a la penetración italiana. El despliegue de Flechas era el siguiente, en palabras del italiano:

“Aproximadamente alas 19,30 se ha ocupado Bermeo con una Bandera y una Batería de acompañamiento, asegurando la desembocadura. Otra Bandera en Mundaca y Pedernales con vigilancia sobre flanco izquierdo. Otra Bandera en Altamira ocupando Vista Alegre y alturas al SO. Bandera en reserva enla zona de Gane. Una batería de 75 en posición enla zona Torre Gane.

Mando de estas fuerzas en el cruce de caminos de Altamira. Advertido el mando de las tropas de Guernica. Dispuesta acción de artillería en orilla derecha río Guernica. Recibido telegrama alas 20,30 en Guernica. Dispuesta organización defensiva posiciones alcanzadas asegurando flanco izquierdo".

Al parecer la fuerza presente en Mundaka era el llamado batallón Autónomo (de Assalto), dos de cuyas compañías se situaron enlas alturas de Castilucho, al oeste dela citada localidad. Al menos eso se deduce dela documentación italiana consultada (N 244).

En cuanto a las fuerzas de la IV de Navarra, según Martínez Esparza, se ordenó el relevo, en Urrutxua, del 5º Tabor de Tetuán por el Batallón de Melilla.

El Tabor debía concentrarse en Gernika a las 10 dela mañana del 1 de mayo, para participar en el avance previsto sobre Mazagas, en la tarde del mismo día. El mando de la IV, a punto de ser relevado en el sector porla nueva V, a la que traspasaría de inmediato parte de sus unidades, preparó la operación del siguiente día en base a cuatro batallones propios (Tabor de Tetuán, Batallón de Argel y dos unidades del Teniente Coronel Iglesias) a las que se sumó un batallón solicitado a Sánchez González. El jefe de la V cedió su mejor unidad, el Tabor de Alhucemas del comandante Fernández Capalleja. Tres de los cinco batallones atacarían en vanguardia en la tarde del1 de mayo, con el objetivo de tomar la cota 404 de Mazagas, para desde allí, y en un nuevo empujón, tomar el Sollube desde el Sur en lasjornadas siguientes.

En la tarde del día 30 Martínez Esparza se ocupó de organizar la fortificación de las defensas en la cota 140 de Lumo, y de observar el terreno para el avance del día siguiente. Mientras tanto, en el campo vasco se inició, tras la ocupación de Bermeo por Flechas Negras, la gestación del contraataque victorioso del 1º de mayo. Según el capitán Luis Sansinenea, del batallón Euzko lndarra de ANV, la idea surgió de su comandante, Azurmendi (N 245):

“Pasando por Mundaka, Euzko lndarra, se estableció a media ladera del Sollube, sobre Bermeo. Fue desde estas posiciones y viendo entrara los italianos en Bermeo, cuando José Azurmendi concibió la idea del corte que podía efectuarse a retaguardia de aquéllos, dado lo abrupto del terreno sobre la carretera y el mar. Fue a proponersu idea al Estado Mayor, siendo aceptada".

Sea más o menos exacto lo anterior, Ricardo Gómez subió a Mañuas nada más ser nombrado Jefe de la 1a División. Esto sucedía el mismo 30 de abril, viéndose dicho comandante favorecido porla inacción enemiga después de ocupar Bermeo, lo que hasta la mañana del 1º de mayo le permitió remitir refuerzos. En Mañuas, Gómez contactó con los mandos delos batallones posicionados porla zona, y aunque no se nos dice como discurrió la reunión, parece probable que ordenó a los batallones mantenerse en las alturas, a la espera de nuevos contingentes que lanzarían un contraataque (N 246):

“Se vería favorecido con que, durante muchas horas, hasta la mañana del 1º de Mayo, le fuera permitido por el enemigo hacer llegar refuerzo a las cimas del Sollube, y con ello poder poner en situación embarazosa, no sólo a la despistada columna italiana, sino también al desarrollo de las operaciones del general Mola, retardándolas más o menos".


Tropas Italianas entre Busturia y Bermeo

2.4. EL CONTRAATAQUE VASCO HACIA BERMEO (1 DE MAYO)

A las 9 de la mañana del 1º de mayo se transmitió a Piazzoni una Orden de operaciones de Mola que no deja duda de que el mando nacional ordenaba proseguir el avance de Flechas, asignándole objetivos lejanos, como Basigo de Bakio y los montes Jata y Tollu. Lo único contradictorio era que Mola, que necesariamente estaba informado desde la noche del 30, por el propio Piazzoni, de la ocupación de Bermeo y la margen occidental de la ría de Gernika, indicase que el avance de Flechas debía iniciarse desde Gernika:

“Con esta misma fecha doy orden al General de la 1o División del 6o Cuerpo de Ejército para que lo más rápidamente posible extienda su flanco derecho de Guernica al monte Sollube (cota 673) con objeto de favorecer el avance de la Brigada “Flechas Negras” y guardar su flanco izquierdo en la primera parte de su desplazamiento”.

Mola ordenaba a Flechas atacar a la vez que la División Navarra lo hiciese hacia las cotas del macizo, en dirección Sureste-Noroeste, eso sí, para cubrir un objetivo, los pueblos de la ría y Bermeo, que ya estaba en manos italianas. Para desgracia de Piazzoni, Mola añadía, sin dar plazos ni fechas, que alcanzado Bermeo la Brigada de Flechas debía hacer una conversión hacia el Oeste, para avanzar hasta ocupar la línea de las cotas 372 (Oeste de Bakio), 592 (Jata) y 342 (Tollu), extendiendo luego su izquierda hasta la cota 449, (Suroeste de Izcaray) suponiendo que la última sería tomada antes por fuerzas de las Brigadas de Navarra. En definitiva, la Orden de Mola determinó el aciago avance de Flechas en esa jornada, desde Bermeo, al asignar a la unidad un nuevo objetivo, la línea de cotas citadas, situada 9 kilómetros al Oeste de Bermeo, y la limpieza de todo el terreno a espaldas de dicha línea, en especial Cabo Matxitxako donde, informaba Mola, existía una batería de costa vasca.

El mando italiano en Bermeo no dudó en reiniciar el avance. No había en la Orden de Mola ninguna prohibición de ir más allá de Bermeo, y sí la de ocupar una nueva línea alejada en la que debía detenerse, ya que Mola le señalaba que “ordenes ulteriores determinarán su nueva actuación“. Lo que también contenía la Orden del Jefe del Ejército del Norte era una instrucción que desarticulaba el despliegue defensivo adoptado por Piazzoni en la tarde anterior, ya que le indicaba que suprimiese la presencia de Flechas en la margen derecha de la ría, precisamente la zona donde el italiano había colocado el grueso de su Artillería para apoyar las posiciones defensivas adoptadas entre Bermeo y Altamira. Es de suponer que si Piazzoni tenía que cumplimentar la misión de llegar hasta Jata, tenía que comenzar a redesplegar su artillería. De hecho, tenía que hacerlo ya, puesto que Bermeo estaba bajo su control, y en esto Mola era claro: “Tan pronto inicie el avance en dirección a Bermeo procederá a desguarnecer los puntos de la costa y de la ría situados al Este de ésta”.

La acción de Flechas el 1o de mayo se inició cuando a la mañana el mayor Pozzuoli ordenó un reconocimiento desde San Miguel a Truende. Esas fuerzas fueron sorprendidas en la carretera y como reconocen las fuentes italianas, el pelotón de morteros de asalto de la II Bandera del 3o fue el que se llevó la peor parte. Fue diezmado, con todo su personal muerto, herido o en desbandada, dejando en manos vascas sus nueve morteros de asalto modelo Brixia. Según Piazzoni el avance se efectuó por iniciativa del mando en Bermeo, Pozzuoli, tal como muestra la documentación italiana con las novedades referidas al 1o de mayo. De todos modos, cabe la posibilidad de que Piazzoni tratara de exculpar su propia responsabilidad (N 247) .

Milicianos del EG en las inmediaciones de Sollube

Las causantes de la sorpresa fueron fuerzas de la 13a Brigada vasca, la cual ya había ocupado las estribaciones que bajaban hacia la Villa con el 8o batallón de la UGT sobre la carretera que ascendía hacia Truende. Según relató Eustasio de Amilibia (más conocido como Tatxo), sucedió lo siguiente 248 :

“Su comandante al ver avanzar las fuerzas enemigas en forma tan imprudente, cursó rápidas órdenes: “Dejadlos venir. Tirad solamente sobre seguro”. Los camiones seguían subiendo la penosa pendiente. Se oían los cánticos de los soldados italianos que los ocupaban. Y en esto, cuando menos lo esperaban, nuestras fuerzas rompen el fuego. La huída enemiga no pudo ser más espectacular. En la barrancada quedaron abandonados dos camiones y en nuestro poder prisioneros y material abundante. ¡Lástima que la aviación negra, volando, como siempre a placer, impidiera la persecución de los derrotados!”.

Todo pasó poco después de las 9 horas de la mañana, cuando las fuerzas de Flechas en Bermeo remitieron una fuerza de reconocimiento hacia el puerto de Sollube. En vanguardia, por la carretera, iba una motocicleta seguida de seis camiones, mientras fuerzas de infantería desplegaban por las estribaciones de la montaña y las piezas de artillería bombardeaban la cumbre de Sollube para castigar las posiciones defensoras, que sin duda juzgaban débiles (N 249) .

Las fuerzas defensoras permanecieron en silencio, tratando de dar la impresión de que en el macizo de Sollube apenas iba a darse resistencia. Cuando la columna de los hombres de Pozzuoli estuvo a tiro, se inició el fuego. Según el cronista de Euzkadi, a continuación pasó lo siguiente:

“Allí en la carretera quedaron los camiones, mientras la fuerza enemiga se retiraba desordenadamente hacia el lugar de partida. Desde nuestro observatorio, algo alejado de la dirección del tiro de la artillería facciosa, pudimos presenciar perfectamente esta huída del enemigo”.

La prensa informaría respecto a una motocicleta que avanzaba en vanguardia hacia el Sollube, aunque los datos que se reseñaban, supuestamente facilitados por los prisioneros capturados en la acción, suenan un poco a propaganda bélica. De todos modos, que los prisioneros no eran italianos en su mayoría, lo demuestra el que contasen sorprendidos a sus captores que les enseñaban la instrucción en italiano. Esto señala la existencia de los contingentes españoles presentes en Flechas, por ejemplo extremeños y riojanos. En cuanto a la motocicleta, las tropas vascas capturaron, como luego veremos, un mínimo de una y un máximo de dos en sus acciones sobre Bermeo. Parece difícil que la que iba en vanguardia pudiera eludir el nutrido fuego de ametralladora y fusile ría que se ab atió sobre quienes avanzaban
hacia el alto de Sollube (N 250) :

“ahora sabemos, por declaraciones de los prisioneros italianos, que en ella iba un comandante dando órdenes. Claro que en cuanto oyó algunos disparos hechos desde las avanzadas leales corrió que se las pelaba... Y lo mismo sucedió, y sucede siempre, con la oficialidad de esa misma nacionalidad. Según cuentan, la instrucción les enseñaban en italiano”.

El hermano de Tatxo, Miguel de Amilibia, recordaba en sus Memorias de Guerra (Los batallones de Euzkadi) que a raíz del derrumbamiento del frente de Gipuzkoa, a finales de abril, actuaba como enlace del alto mando vasco. Éste utilizaba dicho recurso para estar informado de lo que acontecía en primera línea. Y es que Montaud, por entonces Jefe del Estado Mayor vasco, estaba “habituado a no moverse de su puesto de mando“. Precisamente Amilibia y su compañero de misión, –los enlaces iban en parejas para informarse– llegaron esa misma tarde al Sollube, cuando el batallón socialista Jean Jaurés (8o UGT), tras repeler a la columna de Flechas Negras salida de Bermeo a la mañana, estaba en los aledaños de la villa marinera (N 251) :

“La situación era trágica, porque, después de varias semanas de lucha incesante, no teníamos más reservas que unos cuantos maltrechos batallones que estaban descansando y cubriendo sus bajas con movilizados de muy reducido valor combativo. Se pidió a uno de ellos, el UGT número 8, que saliera sin pérdida de tiempo, llegara a la cumbre del Sollube antes que los italianos y detuviera aquella peligrosísima penetración. El batallón así lo hizo. Con un comandante muy capaz, llegó a la cumbre minutos antes que los confiados italianos, se desplegó a ambos lados de la carretera y recibió a la columna enemiga con un nutrido fuego de fusiles y armas automáticas. Los cantos y vítores se convirtieron en ayes y gritos de pánico. La columna “volvió” grupas como pudo, es decir, dejando en la carretera muertos, heridos, algunos camiones y mucho equipo. Nuestros gudaris persiguieron a los fugitivos hasta la misma entrada de Bermeo. Todo esto fue obra de uno solo de nuestros batallones, el número 8 de la UGT”.

Amilibia y su compañero se reunieron con el comandante del 8o UGT, en una especie de casilla de peones camineros desde la que se contemplaba el frente de ataque del batallón, con Bermeo mismo al fondo. Mientras se retiraban heridos propios y material capturado, los milicianos socialistas descendían agachados carretera abajo entre el nutrido fuego cruzado desafiando el tiro de una batería ligera de acompañamiento. El comandante comentó entonces a los enlaces la situación tal como él la veía (N 252) :

“–Tiran contra nosotros, porque nos están viendo–dijo riéndose aquel magnífico comandante, señalando con su bastón el emplazamiento aproximado de la batería–. Pero no atinarán a darnos, porque están muy nerviosos. Es una lástima que no seamos más, porque hubiéramos hecho hoy grandes cosas. Ya nos han anunciado el envío de refuerzos, pero también ellos están movilizándose. Mañana habrá aquí mucho jaleo. –Así fue”.

El Jean Jaurés /8o de la UGT era una unidad socialista que había pasado largos meses de posición en el frente de Eibar. Hacia poco, el 19 de abril, sufrió muchas bajas al lanzar un ataque. Padeció después el bombardeo de Eibar, emprendiendo la retirada hacia el oeste. En total, hasta el 28 de abril, esa corta actuación de diez días se había saldado con más de un centenar de bajas entre muertos y heridos sobre los 549 hombres útiles el 18 de abril. En la misma fecha disponía de un armamento heterogéneo, y aunque parte se perdió en las operaciones citadas, no cabe duda que el grueso equipaba al 8o en el momento de emprender el contraataque del 1o de mayo. En la fecha indicada disponía de 440 fusiles de 8 mm., 277 machetes bayoneta, 4 subfusiles, 4 fusiles ametralladores, 3 pistolas ametralladoras, 5 ametralladoras (de cuatro modelos diferentes), 186 pistolas del 9 largo y 107 revólveres. Probablemente la mayor parte del armamento de las bajas de finales de abril, –cerca de un 20% de los efectivos del batallón–, no estaba disponible en las operaciones de Sollube. Eso explica que no pudiera progresar más sobre Bermeo, frente a un enemigo atrincherado en el casco urbano y con artillería de apoyo (N 253) .

Antes de iniciarse el contraataque llegó al área José Rezola, secretario general del Departamento de Defensa del Gobierno Vasco. Según George L. Steer, el secretario general de Defensa acudió ese día al frente de Sollube con un fusil, arengando a las fuerzas que contraatacaban desde Truende sobre Bermeo con un breve discurso que según el periodista británico incluyó la frase “¡Ahora, adelante y a por ellos!”, lo que significaría que Rezola estaba en Truende al iniciarse el contraataque. En cambio, como vimos, Amilibia apuntaba que él y su compañero llegaron ya iniciado el mismo. Al regresar de noche a la sede del Gobierno, Rezola volvió con una muestra del materialcapturado, al parecer al frente de un pequeño convoy de vehículos que trasladó los prisioneros heridos a Bilbao ( N 254).



Un oficial del batallón Mungia, situado en el Sollube el día del contraataque, da su propia versión de lo acontecido:

“estando atrincherados en lo alto de la cuesta del Sollube, pudimos ver como el enemigo, procedente de Bermeo, subía por la carretera; pero al ver que nuestros hombres ocupaban la parte más elevada del puerto cerrándoles el paso, retrocedió un poco ocultándose en una curva de nuestra vista. Acto seguido pudimos observar cómo después de abandonar la carretera se dirigían hacia arriba formados en filas a través del campo y monte, al mismo tiempo que nos cañoneaban con poca eficacia, dicho sea de paso.

Como era de presumir que en breve iba a iniciarse el contacto y combate consiguiente, me puse al habla con el Jefe de la Brigada, quien me comunicó que habían salido de Bilbao importantes refuerzos y que llegarían en cualquier momento. Recibí la noticia con bastante escepticismo. Y de ser cierto ¿qué pasaría si los autobuses eran sorprendidos por la aviación enemiga, tan activa y certera, subiendo el puerto de Sollube?. Afortunadamente, todo se desarrolló con absoluta normalidad. La larga caravana de autobuses llegó a la cima de la cuesta sin que la aviación facciosa, cosa rara, apareciera, y sus ocupantes, dos o tres batallones de hombres descansados, se extendieron con prontitud a lo ancho de aquellas laderas y se lanzaron resueltamente monte abajo en dirección a Bermeo, que a lo lejos se divisaba. El batallón Munguia no tomó parte en la persecución del enemigo, que poco tuvo que hacer ante aquella avalancha que se le venía encima sin la protección aérea acostumbrada, y quedó en las posiciones que venía ocupando”.

A las 10,55 horas, apenas media hora después de iniciarse el ataque de los gudaris, Piazzoni informaba telefónicamente desde Lekeitio a Mola, en Vitoria, de la situación creada por el contraataque republicano (N 255):

“Desde hace media hora el enemigo ataca Bermeo en dirección de San Miguel, contrabatido por nuestra artillería. Concentraciones enemigas en las zonas Urquicharre y en la zona Monte Sollube. Cota 673 batida por nuestra artillería. Advertido el mando de Guernica donde en este momento llega la 5a Brigada de Navarra. Todo dispuesto para la defensa. El General Piazzoni espera instrucciones así como la 5a Brigada”.

Mientras Bermeo era atacado, el jefe de Estado Mayor de Piazzoni, teniente coronel Farina, de inspección entre Pedernales y Mundaka, presenciaba movimientos sospechosos de las tropas vascas encima de Pedernales, cotas 322 y Castilucho, desde las que las fuerzas vascas iniciaron fuego de fusilería a distancia. La situación se complicaba por momentos. Previamente, las dos compañías del batallón Autónomo de Flechas optaron por unirse a las fuerzas de Pozzuoli en Bermeo al iniciarse los ataques contrarios. Con ellos los italoespañoles cercados en la villa sumaron unos 700 combatientes (N 256) .

Parece evidente que Jesús Salas se equivocó al afirmar que el ataque contra Flechas lo efectuó la 2a Brigada Vasca. Según Beldarrain, el 30 de abril, al producirse el avance de Flechas sobre Bermeo, el batallón Amayur se retiró de Castilucho, y el 2o de ANV de Vistalegre, mientras los Mungia y Cultura y Deporte lo harían entre Castilucho y Vistalegre. Sin embargo, nada dice sobre las fuerzas que reocuparon ambas alturas, y sólo apunta que el Itxasalde“llegó pasado el momento oportuno”. Ander Delgado afirma que mientras el 8o UGT bajaba desde Truende sobre Bermeo, por Almike, fue el 3o de la CNT (Isaac Puente) el que desde el cementerio de Mundaka hostigó a los carros de
la IV de Navarra que trataban de restablecer el contacto con Bermeo. Francisco Artasánchez, combatiente del batallón ácrata, confirma la presencia del Isaac Puente a partir del 1 de mayo. Esto indicaría que fue dicho batallón anarquista el que reocupó la zona de Castilucho.

Además, el recién llegado 1o de Meabe, perteneciente a la 13a Brigada, se contó entre las fuerzas que llegaron a las inmediaciones de la carretera en Pedernales, aunque según el testimonio de Amilibia el mando lo emplearía para presionar el día 2. Respecto a esa reocupación de Castilucho y Vistalegre, Steer sólo señaló en su obra que (N 257) :

“Al sur de Truende, aquel mismo día, otro batallón vasco golpeó duramente al enemigo en ese empinado monte cubierto de argoma que es el Sollube y avanzó hasta que la carretera costera hacia Pedernales se puso bajo el fuego de sus ametralladoras”.

El batallón Isaac Puente, llegó al Sollube incompleto a causa de un error del Estado Mayor, según el relato de Artasánchez. La unidad, con tres cuartas partes de sus efectivos, salió de su acuartelamiento en autobuses llegando a Mungia hacia las 8 horas. Poco después se alcanzó
el alto de Sollube. Los milicianos se apearon iniciando una marcha de tres horas, por el monte, situándose sobre las alturas que dominaban la carretera Gernika-Bermeo. Inmediatamente se inició el ataque para cortar la carretera detrás de Mundaka y evitar la llegada de refuerzos a Bermeo (n 258) .

En Bermeo, Pozzuoli replegó sus fuerzas hacia el casco urbano, preparando la defensa del perímetro de la Villa. Disponía de su batallón, –II Bandera del 3o regimiento–, reforzado por dos compañías del batallón Autónomo y una batería. A los defensores se añadió una presencia inesperada, la de algunos miembros del Auxilio Social franquista, llegados al pueblo al poco de su ocupación, en su afán por iniciar los trabajos en cuanto una localidad era ocupada por sus fuerzas. Además, bastantes vecinos que no quisieron evacuar por uno u otro motivo la localidad iban a quedar aislados en el cerco (n 259) .

Mienbros de las Flechas negras con una ametraladora Fiat-Revelli

A las 10,45 de la mañana, poco antes de que Piazzoni informase a Mola, el fuego de fusil y ametralladora entre ambos contendientes era intensísimo.Las fuerzas de Flechas se parapetaban en el casco urbano de Bermeo, ocupando algunas posiciones en las salidas de la localidad, mientras gudaris y milicianos de Euzkadi descendían por las vertientes hacia la villa, sostenidos por el fuego de armas automáticas y fusilería. La artillería vasca había además iniciado su actuación, con lo que el fuego artillero afectaba ya a ambos bandos. Según la información vasca, tras un paroxismo de intercambio de fuego por ambas partes en pleno vigor a la hora indicada, siguió un momento
de calma, en el que las fuerzas italo-españolas trataron de reaccionar (N 260) :
“precedidos de dos tanques se lanzaron nuevamente al ataque. La réplica fue de gran violencia y el duelo entablado resultó emocionante. Pero nuestros gudaris consiguieron al fin rechazar definitivamente al enemigo con mayores pérdidas que en su primer intento de avance.
Nuestras fuerzas, con una moral espléndida, se decidieron a apoderarse de los tanques abandonados por el enemigo, saliendo en descubierta, impidiéndolo por el momento la aviación fascista que actuó con algunos cazas, ametrallando la carretera donde estaban estacionados con el fin de evitar que pasaran a nuestro poder”.

No hemos encontrado documentación que corroboré la actuación de los citados dos carros junto a Flechas ese día; pero las fuentes italianas confirman su empleo, junto a vehículos de abastecimiento, en el mantenimiento de las comunicaciones con los cercados. Es factible que dos de los carros de la IV Navarra participantes en la tarea de comunicar al grueso de Flechas con los cercados, actuasen circunstancialmente en las operaciones de Pozzuoli y sus hombres.

A las 15 horas Pozzuoli informaba de una situación agravada por el corte de la carretera a Mundaka y Pedernales. El Isaac Puente había cortado la misma, y el destructor republicano Císcar se había sumado al ataque adversario junto a dos bous armados vascos. El coronel Fiumara, con sus fuerzas del Regimiento 3o y el apoyo de carros de la IV Navarra se enfrentó y rechazó a los efectivos vascos que acosaban el tránsito por la carretera. Piazzoni le reforzó con una reserva formada por una bandera del 4o de Flechas y una sección de contracarros de 20 mm., ordenando después que Fiumara organizarse defensivamente las posiciones alcanzadas y evitase nuevas infiltraciones por el flanco izquierdo de la carretera. Además, Piazzoni ordenó a una de sus baterías, la 10a de 75 mm., posicionarse en una de las playas del otro lado de la ría para apoyar desde allí a las fuerzas de Bermeo.

La aparición de la aviación rebelde fue en gran medida providencial para los hombres de Pozzuoli. La Legión Cóndor puso en juego todos sus aparatos de caza y reconocimiento, además de sus bombarderos bimotores, entre ellos los temibles Heinkel 111. En total unos cuarenta aparatos de la Cóndor participaron en el acoso a los atacantes de Bermeo. Entre ellos había aparatos de caza y asalto Heinkel 51, –cerca de una veintena–, de reconocimiento, como los Heinkel 70 y Heinkel 45, –más de una decena de ambos tipos–, bombarderos Heinkel 111, –un par de parejas–, y probablemente varios de los modernos cazas monoplanos Messerschmitt 109. Dichos aparatos suponían unas 80 ametralladoras actuando contra las fuerzas vascas, así comoalrededor de 10 toneladas de bombas en cada una de sus actuaciones en el
frente, al que volvían tras reabastecerse en sus bases de Vitoria y Burgos.

Pese a su superioridad se encontraron con la decidida respuesta de numerosos tiradores. Varios aparatos fueron alcanzados, resultando uno, un avión de reconocimiento Heinkel 70, averiado de consideración al ser impactado en el depósito de combustible y en el tren de aterrizaje (N 261) .

El contraataque terrestre de las fuerzas vascas sobre Bermeo, estuvo acompañado de una acción naval sobre las fuerzas de Flechas Negras. A primera hora de la mañana, entre las siete y las ocho horas según las fuentes consultadas, zarparon desde el Abra los bous Gipuzkoa y Bizkaya, de la Marina Auxiliar de Euzkadi, junto al destructor Císcar de la Armada republicana. Su objetivo era atacar las posiciones rebeldes entre Bermeo y Gernika a partir de las 10 de la mañana. El objetivo del bou Bizkaya era destruir una batería artillera emplazada en la playa de Laga, el del Gipuzkoa cañonear la carretera entre Bermeo y Mundaka. El destructor debía batir los nidos de ametralladoras detectados desde el Sollube en la isla de Chacharramendi. Como vamos a ver, el plan inicial se vio bastante afectado por la sucesión de los acontecimientos

Los buques republicanos implicados en la acción contaban con un potencial no despreciable, empezando por el Císcar. Este, con 1.650 toneladas de desplazamiento y 160 hombres de dotación, montaba 4 cañones de 120 mm., 2 antiaéreos de 76,2 mm., 4 ametralladoras, 6 tubos lanzatorpedos de 533 mm., 2 morteros y un varadero. Su armamento principal tenía un alcance máximo de 17.000 metros. Con 42.000 caballos de potencia alcanzaba una velocidad máxima de 36 nudos con una autonomía de 4.500 millas. En cuanto a los bous Bizkaya y Gipuzkoa, antiguos bacaladeros de la PYSBE de 1.190 y 1.252 toneladas, respectivamente, contaban cada uno con una dotación de 50 hombres y dos piezas artilleras de 101,6 mm., de 7.000 metros de alcance, de las dejadas por el acorazado republicano Jaime I tras una corta estancia en el Cantábrico el otoño anterior. El Gipuzkoa, gravemente averiado en la batalla de Cabo Matxitxako del anterior mes de marzo, contaba ahora con un nuevo puente de mando blindado.

Adelantado en su marcha hacia Bermeo, el Císcar avista hacia las 9 de la mañana al bou rebelde Galerna cuando le faltan 8 millas hacia el Cabo Villano. El Galerna escapa, acosado por 27 disparos de 120 mm. del Císcar, al tiempo que solicita por radio el auxilio del crucero franquista Almirante Cervera. Mientras el Galerna se aleja, los tres navíos republicanos toman posiciones para cumplir su misión de bombardeo naval. El Bizkaya es el que más se acerca al campo enemigo, situándose entre la isla de Izaro y Mundaka. El Gipuzkoa se situa al noroeste de Izaro, mientras que el Císcar queda al noreste de la misma y más alejado de la costa. Durante una hora las tres unidades baten los objetivos señalados, apoyando el avance hacia Bermeo y Mundaka de las fuerzas vascas que contraatacan.

El bombardeo naval cesó tras encasquillarse las piezas de 101,6 mm. del Gipuzkoa, lo que obligó la retirada del mismo con la escolta del Bizkaya. La idea era que este último acompañase al primero hasta entrar bajo la protección de la batería de costa de Punta Galea, reincorporándose al bombardeo que proseguía el Císcar. Sin embargo, la aparición en la lejanía del crucero rebelde Cervera, equipado con una artillería superior, –8 piezas de 152 mm.–, motivó la retirada del Císcar, que se sumó al repliegue de los bous vascos hacia El Abra. Con esto acabó la participación activa de los buques vascos en la batalla, a pesar de que al día siguiente, 2 de mayo, de nuevo salieron los buques de la Marina Auxiliar, entre ellos el Bizkaya, a patrullar por la zona costera; pero esta vez sin disparar un tiro. A partir de entonces, las unidades navales franquistas tuvieron el campo libre para apoyar a sus propias tropas, algo sorprendente, si tenemos en cuenta que
los cañones de 120 mm. de los destructores republicanos en el Abra, así como las piezas de costa de 152 mm. tenían alcance suficiente para haber intervenido en fases posteriores de la batalla, bombardeando posiciones del Sollube desde sus emplazamientos en el Abra.

Un parte telefónico dado casi a la misma hora que las noticias sobre la situación de Bermeo remitidas por Pozzuoli (14,55 horas), permite conocer el despliegue de Flechas en ese momento. Cuatro Banderas de Infantería y dos baterías artilleras ocupaban posiciones en la margen izquierda de la ría, mientras el resto de la Brigada, con el grueso de la artillería, permanecía en la margen derecha. Una Bandera estaba situada en Bermeo, con una batería de 65 mm., aunque desde luego el informe se equivocaba al pretender que dichas fuerzas ocupaban una cota 419 que no podía ser sino Truende. Otra Bandera se situaba al Oeste de Pedernales, una tercera estaba entre la cota
373 de Añetu y el suroeste de Altamira, mientras la cuarta ocupaba otras cotas más al Sur, junto a una batería del 75.

Como ya vimos, Piazzoni ordenó al coronel Fiumara suprimir la irrupción vasca con su Regimiento 3o y el apoyo de los carros cedidos por la IV de Navarra, dotándole de una reserva compuesta por una Bandera del 4o motorizada, y una sección anticarro de 20 mm. Fiumara debía consolidar sus posiciones, sobre todo el flanco izquierdo, para evitar ser a su vez sorprendido por el avance vasco desde las alturas hacia Mundaka y Pedernales.

El mando de Flechas se puso en contacto telefónico, desde Lekeitio y a través de su jefe de Estado Mayor, con el comandante Troncoso, en Vitoria, preguntando si Bermeo debía conservarse o no, recibiendo la respuesta de que se conservase. Es curioso que en el informe diario que seguimos el mando de Flechas Negras apunte esto señalando que en base a esa orden de retener la localidad tomó las medidas oportunas. El mando de la Artillería trató de enviar uno de sus oficiales a Bermeo, el teniente Restelli, al que se embarcó en Mundaka en una lancha junto a un suboficial. Sin embargo, descubierta por las tropas vascas, la embarcación fue tiroteada con fuego de ametralladora, y el teniente y su acompañante abandonaron la lancha a nado, refugiándose en la costa, en una caverna cavada por el mar en la roca, donde permanecieron tres días, hasta que el contraataque de Flechas despejó la situación. Durante ese tiempo figuraron como “desaparecidos” entre las bajas de la unidad.

A las 17 horas Piazzoni hacía un balance de sus posiciones. En Bermeo, Pozzuoli mantenía un perímetro defensivo de Norte a Sur apoyándose en las posiciones ocupadas por sus tropas en la zona del cementerio, en la margen Oeste del pueblo y en la cota 83. En Mundaka y Pedernales Piazzoni no debía tener nada claro qué línea ocupaban sus fuerzas, porque el resto de posiciones que citaba se situaban al Sur de dichas localidades: cota 184 de Axpe de Busturia, Vista Alegre, alturas de Carabizuri y Azbiribi, y cota al Sur de Murueta.

A las 19,10 horas Piazzoni ordenaba al jefe del 4o Regimiento desplegar la Bandera del mayor Robotti en Altamira, mientras el Mando regimental y la Bandera Silvagni se preparaban para su embarque motorizado. El coronel italiano quedó convencido de que, ante la situación descrita por los mensajes de Pozzuoli, la única forma de contactar con los cercados era mediante los
carros de combate cedidos por la IV de Navarra.

Las bajas de Flechas, si hacemos caso de la documentación italiana, se redujeron a 43, con 16 muertos, cinco desaparecidos y 22 heridos. La pérdida material se redujo a los nueve morteros, varias decenas de fusiles y algunos vehículos salidos de Bermeo por la mañana, durante el frustrado avance para ocupar el Truende. A pesar de todo, las fuerzas de Flechas en Bermeo quedaron en precaria situación, con la incertidumbre de qué iba a pasar en la siguiente jornada. Estas fuerzas estaban acompañadas de un pequeño contingente de franquistas pertenecientes al llamado Auxilio Social, la organización que, como fuerza propagandista, seguía a las tropas rebeldes al objeto de entregar ayuda a la población civil que quedaba en lo que se calificaba de zonas “liberadas”, cuando el mismo franquismo llamaba Ejército de “ocupa-ción” a sus “libertadores”. El contingente de Auxilio Social llegado a Bermeo se posesionó del batzoki, que convirtió en su base, contando rápidamente con el concurso de algunos de los vecinos que no evacuaron y que apoyaban sin reservas a los recién llegados. Otros muchos se verían obligados a colaborar para sobrevivir. La sorpresa para los miembros de Auxilio Social fue laretirada del contingente de Pozzuoli que intentó ganar Truende, y el estado de alarma que creó entre el grueso de las fuerzas del mayor italiano, abocado a preparar la defensa de Bermeo bajo la presión vasca.

Un militante franquista funcionario de Auxilio Social, Juan Olabarriaga, dio cuenta, medio año después de la batalla, de las vicisitudes vividas en Bermeo por los miembros de la organización que quedaron cercados en la
villa (N 263) :
“En Bermeo... Ya recordarás lo que pasó en Bermeo donde el arrojo de nuestros soldados nos trajo unas horas de inquietud por las ordenes que desde aquí se habían dado de reconquistar la localidad, foco y feudo del separatismo, a trueque de todo. Habían entrado nuestros soldados y tras ellos, los víveres de tropa y nuestras brigadas de vanguardia de Auxilio Social. Sobrevinieron luego los contraataques de las hordas rojo-separatistas, y la noche fue de prueba. Nos refugiamos en lo que fue bachoqui, hoy F.E.T. Allí, con nosotros, estaba, moviéndose valerosamente, el que hoy es delegado local de F.E.T. en Bermeo. D. Vicente Gorocica, sacerdote, completamente nuestro. Y un auténtico valor en todas las acepciones.
Hasta que nuestras tropas volvieron a empujar y quitaron el estorbo, los comedores de vanguardia de Auxilio de Invierno funcionaron en Bermeo, como podían funcionar bajo el fuego cruzado de los nuestros y del enemigo, pero atendieron sus fines como les está mandado que los atiendan, con valor y abnegación, con sacrificio, con espíritu de milicia y de hermandad”.

Las fuerzas de Euzkadi que ceñían a los hombres de Pozzuoli pertenecían al Jean Jaurés (8o UGT) y al San Andrés. El primero avanzó desde Truende unos cuatro kilómetros a lo largo de la jornada, en dirección a Almike. Según Beldarrain alternaba posiciones por las carreteras de San Miguel y Albóniga con el San Andrés. Éste último, que el 30 de abril se había retirado de Bermeo hacia la zona del molino de Tribis y el nacimiento del arroyo Artigas, a tres kilómetros de Bermeo, se sumó desde esta zona al acoso sobre
Bermeo (N 264) .

Al Sur, la IV de Navarra inició sus movimientos al amanecer, cuando sus mandos preparaban el avance para ese día comprobando la situació n de las unidades que debían actuar. A las 11 de la mañana se presentó Roatta en Gernika reclamando carros de combate para Flechas. Martínez Esparza se los negó porque no estaba autorizado a facilitárselos. Precisamente en esos momentos llegaron las primeras noticias de la situación de Flechas en Bermeo, cuando un motorista italiano irrumpió en escena, informando al mando italiano con estas palabras: “ Mi general, el enemigo ataca Bermeo“ (N 265) .

La noticia provocó el fin de la reunión, ya que el mando italiano salió de Gernika con su Estado Mayor para informarse de la situación de sus tropas; pero el hecho no provocó el adelanto de los planes de la IV Navarra para ese día, a pesar de que Esparza quiso apuntar eso en su relato. Según él, los mandos franquistas subieron a Luno y ordenaron el inmediato inicio de la ofensiva sobre Mazagas. El ataque lo apoyaba artillería italiana del Grupo italiano adscrito a la IV de Navarra. En realidad, el ataque, al menos el principal, no se inició hasta las 16 horas, cinco después de tener las primeras noticias de lo que sucedía en Bermeo:
“El enemigo ocupaba el Mazagas, efectivamente, y se veía que estaba en fuerza y con apoyo artillero de material ruso. Los primeros contactos fueron duros y nuestras fuerzas quedaron detenidas en su avance. A las dieciséis horas llegó el Coronel Alonso Vega, Jefe de nuestra Brigada, a Luno, a quien explicamos nuestro plan que aprobó. En vista de ello, y con el Tabor de Fernández Capalleja, subimos al vértice Ainserrota para dirigir el avance, lanzando al Tabor por la cresta para flanquear y facilitar el avance del 5o Tabor de Tetuán y del Batallón de Argel, que trataban de avanzar por el cordal al sur de la carretera de Rigoitia. Al llegar a Ainserrota, y en el momento en que, sentado en la cresta, escribía una orden en mi block, un proyectil de artillería me hirió en ambas rodillas, y terminó por aquellos días con mi actuación en el frente del Norte. Cuando descendíamos a Guernica en la ambulancia, los primeros cañonazos del enemigo empezaban a caer sobre la maltratada villa”.

El testimonio más exacto es, sin embargo, el parte de guerra que dio Martínez Esparza para la llamada Media Brigada de África de la IV Navarra:
“en este día y en vista de que no se recibían órdenes superiores sobre la prosecución del avance y de que es conocida la costumbre de los elementos marxistas de, tan pronto como se detiene nuestro avance, aproximarse a tomar contacto y efectuar reacciones ofensivas; conocido el empeño en que se había metido la división “Flechas Negras”, que había marchado sobre Bermeo sin cubrir su flanco izquierdo y temiendo un posible ataque a las alturas que defendían Guernica por el oeste (Aiserrota), con el batallón de América y el 4o Tabor de Regulares de Alhucemas, que solicité del Jefe de la 5a Brigada y que éste concedió amablemente, traté de dar aire a las alturas de Aiserrota ocupando la cota 404 de Mazaga”.

A las 14 horas las fuerzas encargadas del ataque subieron a Lumo, ini-
ciando después el ataque. El 2o batallón de América ocupó las cotas 316,
303 y 313 en su avance sobre la 404 de Mazaga. Mientras, el batallón de
Argel se lanzó sobre la cota 160 y Vilkayo (Billacayo en el Mapa Militar), ocu-
pándolas al final de la tarde. El Argel quedó, sin embargo, en mala posición,
al no progresar el avance de la derecha del ataque, porque el batallón de
América no se decidía a asaltar el Mazaga, en parte por el ineficaz apoyo arti-
llero propio. Esto obligó a Martínez Esparza a presentarse a las 18 horas en
la posición del 2o de América, decidiendo aproximar el 4o tabor de Alhucemas
como reserva, para proceder al asalto en la siguiente jornada. Poco después,
la artillería republicana hería a Martínez Esparza, quien entregó el mando al
comandante del tabor, en vista que tanto los comandantes de los batallo-
nes de Argel y América habían resultado heridos durante las operaciones.
El comandante del tabor decidió de ese modo un postrer asalto que fracasó
ante la solidez de las defensas del Mazaga. Al final, la IV ocupó la cota 313 y
el caserío Vilkayo; pero el ataque a los objetivos principales de Mazagas fue
rechazado, como reconocía el parte de la IV, “por el intenso fuego de artillería
e infantería enemigas hecho desde las cotas 404 y 382”.

El 4o tabor de Alhucemas sufrió 76 bajas (11 muertos y 65 heridos) en su
intento de progresar desde Aiserrota. Entre sus heridos se contaron el capitán
Fermín López y el alférez moro Mustafá Ben Basier. El 2o batallón de América
tuvo 52 (11 muertos y 42 heridos), resultando herido su comandante, Julio
Oslé Carbonell, mientras el 3o de Argel sufrió 22, incluyendo cuatro muertos.
El tabor de Tetuán sólo sufrió un puñado, ya que el parte de Sanidad habla
de seis heridos, incluido el teniente coronel Martínez Esparza. Un parte de la
Brigada reconocía un total de 133 bajas en la IV Navarra ese día (23 muertos y
110 heridos); pero el total de bajas fue mayor. Si sumamos las bajas del parte
de la Media Brigada de África a las del tabor de Tetuán y el batallón Argel el
total asciende a 157 (26 muertos y 131 heridos). George L. Steer atribuyó el
ataque a “una fuerza mixta italo-española” 266 .

Entre los defensores del área atacada estaban fuerzas de infantería astu-
rianas y santanderinas. Las primeras pertenecían a la 1a Expedicionaria de
Asturias (o 2a Brigada de Asturias formada por los batallones 223, 228 y 234),
y las segundas a la 2a Expedicionaria de Santander. De esta última, constan
bajas, incluidos tres muertos, de los batallones 101 y 122. Los defensores
contaron con el fuego eficaz de la artillería propia, incluida la de una batería
Krupp vasca, uno de cuyos miembros escribió lo siguiente de la jornada 267 :
“Hacemos fuego sobre Luno, Axerrota y Guernica. El enemigo ha cañoneado
el Mazagas y Rigoitia y ha atacado las lomas de la izquierda de Múgica sin resul-
tado. La aviación viene en plan de reconocimiento y arroja algunas bombas en
Rigoitia. Se rumorea que por Bermeo ha ocurrido algo anormal, pues se habla del
frente del Sollube”.

Entre las fuerzas que apoyaban el despliegue de los vascos y las fuer-
zas expediciona rias en Mugika, se co ntaba la 1a c ompañía del batallón de
Máquinas de acompañamiento de Infantería (M.A.I.)
Irrint zi, mandada por el
capitán Andrés de Basagoiti. La misma se había posicionado el 28 de abril
en los montes de Mugika, dominando desde Rigoitia toda la zona de Gernika
hacia Zugastieta, el 28 de abril, en una situación precaria, por desconocer el
despliegue propio. La unidad de Basagoiti inició ese mismo día la preparación
de sus posiciones defensivas, con zanjas cubiertas, preparando el enlace con
la base establecida en Rigoitia, situación que se prolongó los días 29 y 30.
En esos días ya se vio despliegue de infantes propios en las laderas hacia el
Sollube, y el 30 la infantería se unió al despliegue de los gudaris del
Irrint zi.
Además del ataque hacia Rigoitia y Mazagas, la IV puso a disposición
de Flechas una compañía de carros de combate. Como ya adelantamos,
este mismo día los carros franquistas trataron de restablecer el contacto
con las fuerzas aisladas en Bermeo. Sin embargo, fuerzas del batallón anar-
quista Isaac Puente les obligaron a retroceder en la zona del cementerio de
Mundaka 268 .
Un motivo de polémica es establecer la verdadera naturaleza de las
pérdidas “italianas” a causa del contraataque vasco del 1o de mayo.
Indudablemente, las bajas fueron cuantiosas, fundamentalmente entre la
columna que trató de ganar el puerto de Sollube y se vio obligada a replegar-
se bajo el fuego del 8o batallón de la UGT.
En general el eco de la victoria tendió a exagerar el castigo infligido. El
parte vasco del 2 de mayo afirmaba que ese día se había seguido
batiendo
a la brigada Flechas Negras, de la que se decía se habían enterrado más de
400 cadáveres, –otros apuntes de prensa decían sólo “recogidos”–, captura-
do siete prisioneros y llenado cuatro camiones con el material capturado. En
cuanto a dicho material tomado a los italianos en el área de Bermeo, según
el diario Euzkadi se componía de un camión, una motocicleta, fusiles, fusiles
ametralladores, morteros, bombas de mano, tiendas de campaña individua-
les de fabricación alemana, mochilas, y caretas antigás 269 .
Steer, señaló la captura de ametralladoras, morteros, carabinas, cajas
de granadas de mortero y de munición de ametralladora, cientos de fusiles,
paquetes médicos, bollos de pan blanco, más de 200 capotes impermeables
de camuflaje y apuntó la captura de “unos cuantos prisioneros italianos,
incluyendo un cocinero y un capitán”. El último fallecería de sus heridas poco
después. De todos modos reconocía que los dueños de aquel par de cente-
nares de capotes habían huido, abandonando los mismos. Respecto a las
pérdidas de Flechas Negras escribió: “ Tuvieron muchos muertos. Los vascos
anunciaron que 368. Me fue imposible confirmar esta cifra” 270 .
La prensa bilbaína dio amplia información sobre los sucesos.
Joven
Guardia, órgano de la Federación de la Juventud Socialista Unificada de
Euzkadi, informó en su número 26, del miércoles 5 de mayo de 1937 (se
publicaba sólo en dicho día de la semana y los sábados), que el material
cogido al enemigo cabía en tres camiones, lo que ya nos muestra que el
mismo no podía ser muy abundante. Sólo mencionaba a siete “italianos”
prisioneros o pasados a las filas vascas, centrándose en la descripción de
cuatro prisioneros a los que presenta como “ llenos de barro, famélicos “. En
cambio, evaluaba exageradamente las víctimas mortales enemigas 271 :
“(...) la Brigada italiana Flechas Negras, que ha quedado aniquilada. Al hacer
la descubierta han tenido que enterrar nuestros soldados cerca de cuatrocientos
cadáveres que dejaron en su vergonzosa huída”.
El diario comunista Euzkadi Roja aludía el martes 4 de mayo, con respec-
to a las bajas enemigas, a los “ centenares de cadáveres habidos el sábado,
aumentados en las luchas del domingo y lunes “ 272 .
Por su parte CNT, órgano de la Confederación Regional del Norte, citó, el
8 de mayo, a uno de los prisioneros italianos capturados el 1o de mayo. Se
trataba del cabo Lorenzo Bandini, de la compañía Comando de la 2a Bandera
Mixta del Regimiento 3o de Flechas Negras. Otros diarios, caso del Avance
asturiano, mencionaron a un combatiente español del 3o de
Flechas, José
Ribate, como uno de los muertos de la Brigada recogidos el 2 de mayo por
los combatientes vascos 273 .
El mismo diario socialista asturiano Avance se hacía eco el 2 de mayo de
las noticias procedentes de Bilbao, y referidas al día anterior, en las que se
evaluaban en 1.500 las bajas rebeldes en todo el frente vasco. Detallaba la
captura de cinco prisioneros en la zona de Amuniqueta, incluidos tres extran-
jeros (moros probablemente), y entre los caídos enemigos cita un capitán en
la ermita de San Martín. En cuanto a la situación en Bermeo se despachaba
con esta afirmación: “ Esta tarde, en los alrededores de Bermeo, nuestras fuer-
zas habían recogido ya 127 cadáveres enemigos” 274 .
Las fuentes gráficas de la época demuestran que la victoria se saldó con
un botín material escaso, aunque suficiente para avalar la correspondiente
campaña de propaganda denunciando la intervención del fascismo en la
lucha por Bizkaia. Gudari, revista semanal del Euzko Gudarostea, en su no
9 del 22 de mayo presentó en sus páginas 18 y 19 una secuencia de doce
fotos de material italiano cogido en Euzkadi, acompañado de dos fotos de
personal italiano y otra más del Duce, Mussolini. De las fotos de personal
italiano, una parece sacada de alguna publicación italiana, presentando un
desfile de fuerzas de esa nacionalidad. Otra se presenta como una foto de
“un jefe del ejército regular italiano que opera en nuestros frentes, hecho
prisionero por nuestros gudaris “. Éste era el capitán italiano al que Steer
presentaba “agonizante a causa de las heridas recibidas “, y que según el
periodista británico falleció una semana más tarde, aunque en las fichas de
defunción controladas por el Gobierno Vasco figura que falleció el 2 de mayo.
El italiano, de unos treinta años, fue enterrado en Derio, sin que conste en
su ficha de defunción identificación alguna, por lo que se incluyó una foto del
finado en la misma 275 .
En la foto con más material aparecen 21 armas de fuego, de ellas cinco
son mosquetones. De uno de los fusiles cuelga un casco Adrian, francés,
del modelo adoptado por el Ejército italiano a partir de la Primera Guerra
Mundial. De los fusiles, ocho aparecen con bayoneta calada. Además, al pie
de las armas de fuego aparecen varias decenas de cajas de munición de las
mismas. Otras dos imágenes son la de un mortero de asalto Brixia y la de
una caja de munición para el mismo a la que acompaña una careta antigás.
Hay, además, dos fotografías de material de zapador de dotación entre los
infantes italianos (palas y piquetas), otra de
un poncho (impermeable), una
que presenta las marcas de fabricación italiana de un fusil y una cuchara,
otra de material sanitario y tres fotografías que presentan bombas incendia-
rias italianas, o restos de las mismas.
Un número posterior de Gudari, el 11 correspondiente al 7 de junio pre-
senta instantáneas de cuatro documentos italianos y su traducción corres-
pondiente (páginas 22 y 23); pero en realidad se trata de documentación
capturada en Guadalajara, como demuestran los sellos correspondientes
a la II Divisione Volontari Fiamme Nere (Llamas Negras) y a la 530 Bandera
(batallón) Lupo (Lobo). Otro número anterior de Gudari, el 10 del 1o de junio,
incluye en su página 30 dos fotografías de unos ensayos italianos con lanza-
llamas, tomadas de alguna otra publicación, y una tercera foto de un aparato
lanzallamas, acompañado de la siguiente explicación: “
Entre el abundante
material de guerra cogido por nuestros bravos gudaris a los corredores italia-
nos figura ese lanza llamas que aparece en la fotografía”.
Ignoramos qué día se produjo su captura, y aunque pensamos sería en
los primeros días de mayo, por Bermeo, pudo serlo a mediados de mes,
durante la batalla subsiguiente por Jata-Gondramendi, en la que consta que
algunos contraataques leales capturaron un pequeño número de armas ita-
lianas. Además, el 29 de mayo, fuerzas del batallón
Castilla de las JSU de
Euzkadi rechazaron en el frente de Orduña el ataque de una compañía de
comandos de asalto italianos (conocidos desde la Gran Guerra como Arditi),
capturando también material abandonado por los mismos en su retirada.
En el Volumen VI de la Historia General de la Guerra Civil en Euzkadi,
editada por Luis Aranburu y Naroki en 1981, titulado
El Ejército Vasco en la
Guerra Civil y que firma Luis Ruiz de Aguirre (Sancho de Beurko), aparecen
tres fotografías de la época (páginas 151 a 154) con material italiano captu-
rado en el frente vasco. Se trata en las tres fotos del mismo material, y en
total se observan una treintena de fusiles, cuatro morteros de Asalto Brixia y
abundantes cajas de munición para estos últimos. Sin embargo, la foto del
carro ligero L-3 tomado a las tropas italianas (página 156) corresponde en
realidad a una instantánea captada durante la batalla de Guadalajara.
Las fotografías del material capturado vienen a avalar las fuentes docu-
mentales italianas respecto a las pérdidas materiales y humanas sufridas
en el episodio inicial de la batalla del Sollube. Como vimos, las bajas decla-
radas por Piazzoni para el 1o de mayo se reducían a 43 bajas (16 muertos,
5 desaparecidos y 22 heridos). Un número tan grande de bajas de
Flechas
Negras como las reclamadas por los defensores hubiese dejado un núme-
ro mayor de armas capturadas de las que existiría constancia, y no es así.
Tampoco existen instantáneas de caídos italianos en una zona que durante
otros cinco días estuvo en manos vascas, con lo que necesariamente se
hubiesen tomado decenas de fotos de los cadáveres reclamados y de la
documentación que portaban. Cuando nada de eso apareció en la época hay
que dar por válida la escasa magnitud de las pérdidas materiales y humanas
de Flechas Negras el día 1 de mayo 276 .
Steer señaló en su obra que en la noche del 1o de mayo el secretario
general de Defensa, José Rezola, regresó a l Carlton, sede del Gobierno
Vasco, con un parco botín: “ un casco de acero italiano, un mortero de trinche-
ra italiano, tres fusiles italianos, dos máscaras antigás y miles de balas, ade-
más de un bollo de pan blanco” 277 .
Con respecto a este tema de los caídos “italianos”, a finales del año
2005 y principios del 2006 hubo cierta polémica con respecto al posible
expolio de una fosa con “italianos” en el Sollube. No cabe duda de la exis-
tencia de fosas comunes en el área; pero como apunté durante las secuelas
informativas de la noticia, sólo tres “italianos” desaparecieron en acción en
Vizcaya. Y además, los italianos que constan fueron enterrados en el área de
Busturialdea fueron poco más de 80. Eso no quita para que fuera posible la
presencia de varias decenas de cadáveres de soldados
de recluta españo-
les de Flechas Negras, fácilmente disimulables por el mando italiano dada
su nacionalidad no italiana; pero de haber cadáveres en fosas, son más de
vasco-asturianos que de tropas franquistas. Lo único cierto es que la noticia,
sea cierto o no el hecho del expolio, no ha contribuido a una investigación y
a una reparación a las víctimas y a sus deudos 278 .
En cuanto a los presos “italianos”, escasísimos, alguna fuente apunta
que para interrogarlos se contó con la colaboración de una internacionalista
italiana llamada Lydia. Ésta mujer, que dominaba además
del propio cinco
idiomas, incluido el castellano, actuaba como secretaria traductora (pericho-
va) del principal asesor soviético en el Norte, general Goriev. Según uno de
los oficiales subalternos del estado Mayor de Euzkadi, José María
Muguerza,
en fecha indeterminada, que podemos situar en los primeros días de mayo,
acompañó a los miembros del Estado Mayor a los frentes de combate, arma-
da con un fusil. De todos modos, es posible que la lejanía con los hechos
llevase al testigo a exagerar algunos detalles, como el de cifrar en “numero-
sos” los prisioneros italianos, algo que a luz de la presente investigación, no
parece cierto, al menos en Euzkadi. Puede incluso que a pesar de que la tal
Lydia actuó en Euzkadi, Mugerza viese el suceso de la arenga en algún otro
de los frentes en que participó, –Aragón o Levante–, donde hubo en ocasio-
nes prisioneros italianos, en mayor número que en Bermeo-Sollube 279 .
El mismo día 1 Franco se reunió en Vitoria con Bastico, junto a Mola,
“Sander” (Sperlle), Velardi (jefe de la aviación “legionaria” italiana). No se
discutió lo ocurrido en Bermeo, sin duda porque las noticias de la compro-
metida situación llegaron después de la reunión. En la misma se trataron
las directrices del caudillo rebelde dadas el 30 de abril, referidas a avanzar
en Bizkaia entre Amorebieta y el mar, para después romper el Cinturón entre
Arrieta y Fika, mientras el grueso de las fuerzas italianas se concentraban
en la zona de Miranda-Briviesca-Orduña. Franco, además, propuso que las
fuerzas disponibles de la División italiana Littorio, un regimiento de Infantería
y la artillería, acudieran al frente de Amorebieta-Gernika. Bastico se opuso
al empleo de sus fuerzas en porciones. Según Bastico, una vez de regre-
so a Salamanca Roatta le informó desde Vitoria de la decisión de Mola de
emplear la Agrupación Francisci en Bizkaia ante la difícil situación de
Flechas
en Bermeo 280 .

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NOTAS

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225. SB, Fondo Antonio Landa, 0.38.

226. AGMA, Armario 36, Leg. 9, Carp. 3.

227. STEER (1978264265).

228. STEER (1978, 267).

229. AN, K 178, 0.9.

230. MARTINEZ ESPARZA (1949, 35-44).

231. MARTINEZ ESPARZA, art.CIt., (194942).

232. AGUIRRE (1978, 103, 138).

233. W.AA., Historia de las Fuerzas. . (1984, Vol. III, 68-162) y CASAS (1978, Vol. II, 987).

234. AGMA, Armario 10, Leg. 457, Carp. 18.

235. Idem. (1984, Vol. III, 188-209, 215): NAGORE (1991, 210, 262).

236. AGMA, Armario 44, Leg. 8, Carp. 38.

237. AGMA, Leg. 457, Carp. 18 y MARTINEZ ESPARZA (1949, 42-43).

238. Avance, nº 120 (1-5-1937), pág. 6, con Parte dela noche del 30-4: AGMA, Armario 44, Leg. 8, Carp. 13.

239. URRUTIKOETXEA (1984, 73-74).

240. SB, Fondo Olabarri, Carp. 44, Expte. 1.

241. BELDARRAIN (1992, 226-227).

242. AGMA, Armario 36, Leg. 9, Carp. 3.

243. AGMA, Idem.

244. ROVIGHI/STEFANI (1992, Vol. |, Testo, 391-393) y (1992, Vol. | Documentr. .,475-478).

245. SB, Lurs Sansrnenea. Carpeta 49, Expte. 1.

246. BELDARRAIN (1992, 227).

247. AGMA, Armario 36, Leg. 10, Carp. 17 bis.

248. En ER, no 17 (18-5-1937), “Sollube”, pp. 1-2.
249. E, no 7.597 (2-5-1937), pág. 1.
250. E, no 7.598 (4-5-1937), pág. 3; ROVIGHI/STEFANI (1993, II.2, 453, 576).

251. AMILIBIA (1978, 141-142), afirma que él y su compañero llegaron “ cuando el combate
estaba en pleno desarrollo “, en JIMENEZ DE ABERASTURI (1978,47), Amilibia, entrevistado por
los autores señala: “estuve allí como en lace cuando el fregado era todavía muy intenso “. Amili-
bia llegó cuando “ estaba cayendo la tarde “y ya se había obligado el repliegue a Bermeo de las
fuerzas bajo mando italiano.

252. AMILIBIA (1978, 142) no da el nombre del comandante del 8o UGT, señalando ade-
más “¡Cómo lamento no haber sabido nunca su nombre!”. En las nóminas y documentación de la
unidad consultadas de fecha más cercana a la batalla el comandante era Elías Mencia Angulo.
A mediados de mayo ya aparece como comandante Natalio Bustamante Crespo, antes capitán
jefe de la 4a compañía. A falta de otra documentación o testimonios suponemos que fue Elías
Mencia quien dirigió al Jaurés en Sollube, sin descartar que Bustamante pudiera encargarse ya
del mando a principios de mayo.

253. AS, PS Bilbao, Leg. 176, C. 44.

254. STEER (1978, 279).
255. AGM, Armario 36, Leg. 9, Carp. 6.
256. ROVIGHI/STEFANI (1992, Vol. I Testo, 393) y (1992, Vol. I, Documenti...,476).

257. STEER (1978, 280); DELGADO (1998, 348); BELDARRAIN (1992, 226-228); SALAS
(1998, 143); ARTASÁNCHEZ (1944, 133-135).
258. ARTASÁNCHEZ (1944, 134-135).
259. AGMA, Armario 36, Legajo 10, Carpeta 17bis.

260. E, no 7.597 (2-5-1937), pág. 1.

261. SALAS (1998, II, 143); BRAVO (1978, 61-90).
262. ROMAÑA (1985, V, 1287-1297, 1464-1465), PARDO (1998, 115-117), AGUIRRE
(1978, 398-399, y 416).

263. EPV, no (19-10-1937), pág. 6.

264. BELDARRAIN (1992, 226-227).
265. Martínez Esparza, no aclara la identidad del mando italiano; pero dado que nos consta
la comunicación telefónica de Piazzoni a Mola, entre Lekeitio y Vitoria a las 10,55 de la mañana,
quien estaba en Gernika a las 11 no podía ser otro que Roatta (alias Mancini).

266. STEER (1978, 280).
267. AS, PS Santander L, Leg. 70; BEURKO (1981, 152).
268. DELGADO (1998, 348).
269. E, no 7.598 (4-5-1937), pág. 3.
270. STEER (1978, 279).
271. JG, no 26 (5-5-1937), pág. 4, “Por los frentes vascos. Impresiones de las últimas jor-
nadas en el sector de Bermeo”.
272. ER, no 191 (4-5-1937), pág. 6 “En los frentes de Euzkadi”.
273. CNT del Norte, no 77 (7-5-1937), pág. 4, y AVANCE, no 125 (7-5-1937), pág. 2.
274. AVANCE, no 121 (2-5-1937), pág. 6 “En el País Vasco”.
275. STEER (1978, 279) y AHP, Fichas sin identificar.
276. BEURKO (1981, 151-154).
277. STEER (1978, 279).
278. VAQUERO (2006, 203).

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