El batallón “Mateotti” en la defensa de Bilbao
Ilustración de Alfonso Zapico |
El pueblo vasco de Larrabetzu
homenajeó a los milicianos del batallón Mateotti de Sama caídos en 1937 en la
defensa de Bilbao, que costó la vida a cientos de soldados de la región
Milicianos asturianos en el frente vizcaíno. |
Un vecino del pueblo de Larrabetzu, en Vizcaya, sintiéndose morir en el
año 2012, confesó a un sobrino suyo algo que le remordía desde hacía años: el
emplazamiento de una fosa común en la que yacían de diez a catorce milicianos
asturianos que cayeron durante la defensa de Bilbao, en junio de 1937. La fosa
se encuentra en el pinar de Bolumburu, y ya en junio del año 2012 se celebró un
homenaje en honor de estos caídos y los «gudaris» asturianos que dejaron la
vida por defender el País Vasco, aunque se les pagó con cierta mala fama.
Ilustración de Alfonso Zapico |
Según explicaba el casín afincado en Vizcaya desde los 12 años Marcelo
Álvarez, miembro de la asociación Ahaztuak 1936-1977, que organizó ese fin de
semana otro homenaje, se cree que los asturianos de Bolumburu estaban
encuadrados en el batallón 228, conocido también como el 28 o el batallón
Mateotti, llamado así en honor del diputado socialista asesinado en 1924 por
fascistas italianos. De adscripción socialista, este batallón se reclutó en
Sama, y estaba al mando de José Torre Antuña, según indica el historiador
Francisco Vargas en su trabajo «Las brigadas asturianas y santanderinas en el
frente vasco».
Ilustración de Alfonso Zapico |
Los asturianos cayeron durante la ofensiva franquista sobre el llamado
Cinturón de Hierro en torno a Bilbao, que cedió ante la lluvia de fuego lanzada
por 150 piezas de artillería y por los aviones de la legión Cóndor de Hitler.
Según los datos de Francisco Vargas, el 228 recibió un durísimo castigo en el
sector Larrabetzu. La ofensiva franquista se inició el 11 de junio y el día 13
este batallón tuvo que replegarse. El día 15 había quedado reducido a 380
milicianos y fue apartado del frente. El 1 de agosto, contabilizaba ya 149
muertos, y el 7 de septiembre, tras el desastre de Santander, sólo tenía entre
sus filas a 170 soldados.
Ilustración de Alfonso Zapico |
«Hay fosas con cadáveres de milicianos en toda la zona. Hace poco nos
avisaron de un pueblo cercano. En Peña Lemona se han encontrado algunos cuerpos
estos años», indicaba Marcelo Álvarez.
Los asturianos caídos en Larrabetzu formaban parte del contingente
asturiano mandado al País Vasco para frenar la ofensiva nacional sobre Bilbao,
que se inició el 31 de marzo de 1937 con el bombardeo de Durango. Antes, en
agosto y septiembre de 1936, varios grupos de dinamiteros de las Cuencas habían
luchado en los frentes de Irún y San Sebastián.
Ilustración de Alfonso Zapico |
En febrero del 37, se recabó la participación de varias brigadas vascas
en la ofensiva republicana lanzada sobre el pasillo de Oviedo. Unos cinco mil
vascos lucharon en Asturias, con más de un millar de bajas, según Francisco
Vargas. Un centenar de ellos están enterrados en Areces (Las Regueras). Estaban
al mando de Cándido Saseta, que también cayó en aquella batalla, y cuyo cuerpo
se recuperó en Areces hace pocos años. Los asturianos mandaron al País Vasco cerca de veinte mil hombres
(incluida también alguna miliciana, para desmayo del Gobierno nacionalista de
Aguirre), entre abril y junio de 1937. Hasta 27 batallones, encuadrados en 9
brigadas, más algunas compañías y el equivalente a cuatro baterías de
artillería, se dejaron la piel en Euskadi. Las cinco últimas brigadas, que
llegaron a mediados de junio de 1937, sufrieron más de 1.500 bajas en menos de
dos meses.
Ilustración de Alfonso Zapico |
El batallón 228 formaba parte de la segunda brigada expedicionaria
asturiana, que llegó al País Vasco a primeros de abril del 37. Completaban la
brigada el batallón 223 (el antiguo «Juanelo» de Laviana) y el 234, comunista,
conocido como el «Somoza», por el nombre de su comandante. La brigada estaba al
mando de Ramón Garsaball, que luego sería sustituido por el mayor José
Rodríguez. El 12 de abril contraatacaron en el Macizo de Altún y a final de
mes, como parte de la Tercera División Vasca, lucharon en Durango y luego en
Rigoitia. A fines de mayo, la brigada tomó posiciones en el Cinturón de Hierro,
concretamente en el monte Bizcargui, que marca el límite entre Larrabetzu y
Muxika. El 11 de junio, se vio envuelta en los combates por la loma de Urkullu,
en Gaztelumendi, el paso previo a la ruptura del Cinturón de Hierro, que se
realizaría al día siguiente. En esa terrible ofensiva resultó diezmada. El 16
de junio, ya fuera del frente, disponía de 1.191 soldados, tras perder un
tercio de sus efectivos.
Ilustración de Alfonso Zapico |
Sorprende por tanto que los asturianos dejasen tan mala fama. «La
historiografía está cambiando esa idea», indicaba Marcelo Álvarez. A los
asturianos se les acusó de robar gallinas y entrar en los huertos. Álvarez dice
que el Gobierno vasco no les daba suministros. Los nacionalistas temían el
espíritu revolucionario de los asturianos. El periodista británico George M.
Steer, pronacionalista, se mostró muy despectivo con el papel de los
asturianos, a los que acusó de no mostrarse excesivamente combativos. También
hubo algún incidente desgraciado, como el protagonizado por un minero del
batallón 243, que le pegó un tiro a un camarero del bar Adrada de Bilbao,
porque tardaba en ponerle de beber, relata Vargas. Los vascos quisieron limpiar la imagen de los asturianos. Se organizan
diferentes actos para homenajear a los milicianos. Se inauguro un monolito en
el pinar de Bolumburu, tras un Pleno extraordinario en el Ayuntamiento de
Larrabetzu en el que se nombrará a los milicianos hijos adoptivos del
municipio. Estuvieron invitadas las alcaldesas asturianas de Las Regueras y de Castrillón.
El batallón Celta de la CNT, en una trinchera de Larrabetzu, en 1937 |
Las 9 brigadas asturianas en
Euskadi
Abril de 1937
1. ª Brigada Expedicionaria: batallones 228 Mateotti, 234 Somoza y 223
Juanelo; 2.ª Brigada: 208 Víctor, 225 Taboada/Lenin y 243 Críspulo/Sotrondio;
3.ª Brigada: 213 Juventudes Libertarias, 216 Dutor N. 1/Otero y 230 Gorki N.2;
4.ª Brigada: 212 Mario, 231 Gorki N.3 y 252 México.
Ilustración de Alfonso Zapico |
Junio de 1937
8. ª Brigada: 224 Ladreda, 233 Bárcena y 236 Vorochiloff/Alfredo; 16.ª
Brigada: 222 Instituto Reforma Agraria/3.º de Cazadores de Montaña, 256 y 266;
10.ª Brigada: 237, 242 José Guerra y 265; 3.ª Brigada: 211 Tino, 219 Galicia y
258; 15.ª Brigada: 227 Mártires del Carbayín, 247 Sangre de Octubre, y 259.
Homenaje en el año 2012 en el pinar de Bolumburu |
FUENTE: L. Á. VEGA
Las ilustraciones (Dibujos), de este artículo son de Alfonso Zapico
Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981). Ilustrador y autor de cómic
español, trabaja como profesional gráfico desde 2006.
Ha realizado ilustraciones, diseños, animaciones y campañas para
diversas agencias de publicidad, editoriales o instituciones. Ha trabajado en
proyectos educativos del Principado de Asturias (Aula Didáctica de los Oficios)
e impartido talleres de ilustración en centros educativos de Asturias y
Poitou-Charente (Francia).
Colaborador de diarios regionales asturianos (La Nueva España, Cuenca
del Nalón), como autor de cómic ha publicado varias obras: La guerre du
professeur Bertenev (Paquet/Dolmen 2006), Café Budapest (Astiberri 2008),
Dublinés (Astiberri 2011) o La ruta Joyce (Astiberri 2011). Sus títulos más
recientes son El otro mar (Astiberri 2013), auspiciada por la Fundación Mare
Australe de Panamá, o Cuadernos d’Ítaca (Trabe 2014). Sus libros han sido
traducidos al inglés, francés, alemán o polaco. (…)http://alfonsozapico.com
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