En memoria de Sierra Aránzazu

50 AÑOS DEL ATAQUE Murieron tres marinos españoles
  • El buque fue abordado en el Canal de Las Bahamas el 13 de septiembre de 1964

  • Dos lanchas comenzaron a lanzar ráfagas de ametralladora y disparos de cañón

  • Las pruebas han señalado a Rafael Quintero como la persona que "arregló el ataque"

El buque español Sierra Aránzazu después del ataque
El buque español Sierra Aránzazu después del ataque OFICEMA


El 13 de septiembre se cumplieron 50 años del brutal ataque terrorista en el Caribe al buque español Sierra Aránzazu cuando se dirigía a La Habana con una carga de alimentos, tejidos, aperos de labranza, muñecas y otras mercancías inocuas. La autoría y responsabilidad de este atentado, que costó la muerte a tres marinos españoles, el capitán y dos oficiales y lesiones a otros seis tripulantes y provocó una intensa reacción emocional en España y tuvo importantes repercusiones mundiales, nunca fue aclarada.

Se suspendió la operación Mangosta montada para invadir la isla y se puso en práctica la denominada política de vía múltiple

50 años después conocemos por nuevas fuentes documentales desclasificadas quiénes fueron los autores materiales y los responsables últimos del atentado. De ahí que nos parezca un acto de justicia moral como hermanos de uno de aquellos marinos asesinados, recordarlo en este aniversario y difundir su tragedia dando a conocer los hechos con las respuestas e interrogantes que aún existen.

Con la crisis de los misiles en octubre de 1962, los acuerdos entre Kennedy y Kruschev que incluían la promesa de aquél de no tratar de invadir Cuba , la política hacia la revolución castrista de los hermanos Kennedy dio un giro estratégico. Se suspendió la operación Mangosta montada para invadir la isla y se puso en práctica la denominada política de vía múltiple que suponía la simultánea presión diplomática, económica y de operaciones encubiertas para asfixiar la revolución castrista. Entre las medida económicas estaba la de mantener el bloqueo comercial de la isla impidiendo la entrada de mercancías de cualquier naturaleza presionando a los demás países para que suspendieran las relaciones comerciales con Cuba y atacando a los barcos que las transportaban.

El papel de la CIA

Para conseguir tales objetivos se crearon los denominados comandos autónomos con exiliados cubanos anticastristas que tenían sus bases fuera de territorio americano, en Centroamérica y el Caribe, y establecían sus propios objetivos, de tal manera que el Gobierno norteamericano pudiese practicar ante tales actos ilegales la política de la negación plausible. La CIA se encargó de su financiación, de su adiestramiento, de proporcionales barcos, aviones, armamento y aportarles la información necesaria para sus operaciones subversivas encubiertas.

El más importante de esos grupos autónomos era el Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) fundado por Manuel Artime Buesa, uno de los líderes políticos de la Brigada 2506, como se denominaban pomposamente los exiliados cubanos que habían sido derrotados en Bahía Cochinos. El MRR tenía desde 1963 bases de operaciones y entrenamiento instaladas en Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana. Contaba con 380 hombres, una avioneta, un barco nodriza, el Santa María que transportaba dos lanchas, la Gitana y la Monty, pertrechadas con ametralladoras pesadas y un cañón, y desde las que realizaban sus operaciones contra territorio cubano y sus ataques a los barcos mercantes. Todo ello era, según documento desclasificado de la CIA, financiado por la Agencia que entre junio 1963 y junio de 1964 había invertido en todos esos gastos materiales y de personal cinco millones de dólares.
El fundador del Movimiento de Recuperación Revolucionaria, Manuel Artime con el presidente de EEUU John Kennedy.

España fue uno de los países que con permiso expreso de Franco mantuvo el comercio con Cuba La Compañía Marítima del Norte se encargó de ese comercio Cuando se produjo el ataque al Sierra Aránzazu ya eran 20 los viajes realizados por estos buques y el del Sierra Aránzazu, el segundo que llevaba a cabo.

Las presiones por parte del Gobierno de Estados Unidos para que se cortara este tráfico existieron desde que se inició. Y unas semanas antes del ataque, el embajador español Merry del Val había sido llamado a una reunión con el Secretario de Estado, Dean Rusk, para comunicarle las decisiones de la OEA de presión sobre Cuba y en la que, con amenazas veladas, insistía al embajador en la necesidad de la suspensión de ese comercio con la isla.

Reconstrucción de los hechos

El Sierra Aránzazu navegaba por Canal de Las Bahamas hacia el puerto de La Habana, cuando el domingo, día 13 de septiembre, sobre la una y media un avión de reconocimiento sobrevoló el barco y a las ocho menos diez una lancha se aproximó por la popa iluminando con sus reflectores el nombre y la matrícula del barco.

El barco se incendió y el capitán, herido gravemente, como el segundo oficial, dio orden de abandonarlo

Diez minutos después dos lanchas, una por babor y otra por estribor, se colocaron a una distancia de unos 50/100 metros del barco y sin previo aviso comenzaron a lanzar ráfagas de ametralladora y algún disparo de cañón sobre el puente de mando, los alojamientos de la tripulación con un evidente ánimo de cortar las comunicaciones y masacrar a los tripulantes. Alcanzados los depósitos de combustible, el barco se incendió y el capitán, herido gravemente, como el segundo oficial, dio orden de abandonarlo y arriar el bote de babor, porque el de estribor estaba inservible por los impactos. Cuando los marinos se aprestaban a hacerlo, nuevas ráfagas de ametralladora hirieron a otros tripulantes, algunos de gravedad como el tercer maquinista.
El tercer maquinista de Sierra Aránzazu, José Vaquero Iglesias.
Agolpados los 20 hombres en un solo bote salvavidas los náufragos pasaron 12 horas angustiosas. Durante la travesía fallecieron el capitán Pedro Ibargurengoitia ( Algorta) y el tercer maquinista José Vaquero Iglesias (Villablino). El bote hacia agua y estropeada la bomba de achique tuvieron que hacerlo con cajas de galletas y sus zapatos. Hacia las 10 de la mañana del día 14 los náufragos fueron localizados y rescatados por el carguero holandés "P. G. Thulin". Atendidos los heridos en el barco falleció el segundo oficial, Javier Cabello (Vigo).

El barco holandés llevó a los supervivientes y los cadáveres a la próxima isla Inagua, al puerto de Matthew Town, desde donde los heridos y los cadáveres fueron trasladados a Guantánamo y los restantes, al día siguiente, fueron llevados a San Juan de Puerto Rico donde se celebró un funeral por los tres marinos asesinados. Desde San Juan, los tripulantes fueron repatriados en dos expediciones y recibidos en Barajas por las autoridades, familiares y amigos.

El silencio norteamericano

La noticia del ataque fue recogida en las primeras páginas de la prensa mundial, menos en por la de Estados Unidos, donde los grandes rotativos norteamericanos mantuvieron un significativo silencio sobre el hecho. En España, la conmoción fue enorme y toda la prensa siguió todo lo relativo al atentado expresando su indignación, incluida la prensa clandestina de izquierda que atacaba a Estados Unidos y presionaba al régimen pidiendo la identificación y castigo de los culpables del atentado que atribuían con buen juicio a grupos anticastristas dirigidos por la CIA. Se produjeron manifestaciones de protesta en varios puntos de España como la que se desarrolló ante la Embajada norteamericana en Madrid o ante el Consulado norteamericano en Vigo.
Naúfragos a salvo en el bote salvavidas./HOME TISCALI.

El Gobierno español protestó a través de su embajador en Washington considerando responsable a los Estados Unidos por producirse el ataque en aguas bajo su control militar y en una reunión con el Secretario de Estado Dean Rusk consiguió que prometiese que se investigaría el ataque y comunicarían los resultados al Gobierno español. El FBI realizó también una encuesta para averiguar lo sucedido. Todo quedó en aguas de borrajas. El informe del Departamento de Estado nunca vio la luz y el del FBI fue más bien una maniobra de diversión que una verdadera investigación. El Gobierno franquista en cuanto pasó la tensión dejó de presionar y todo quedó en el más denso silencio. La realpolitik pudo más que el honor patrio mancillado y las justas reivindicaciones de justicia de las familias y amigos de los asesinados y un sector de la población española.

Los grupos anticastristas con el MRR a la cabeza difundieron que los autores habían sido los castristas. Pero cuando ese bulo resultó insostenible el MRR varió sus declaraciones reconociendo que habían sido ellos, por medio del buque nodriza Santa María y las lanchas Gitana y Monty, los autores del ataque, pero como consecuencia de una confusión del Sierra Aránzazu con el buque cubano Sierra Maestra. Esa es la hipótesis que siguen manteniendo hoy los miembros todavía vivos del grupo y la que predomina hoy entre los autores que han tratado el incidente.

Sombras y dudas

El cablegrama enviado por un agente a la Central de la CIA y desclasificado en 1998 informa de los contactos con Alberto Blanco.


Pero el análisis de las pruebas circunstanciales y los datos directos extraídos de la documentación desclasificada procedente de la Fundación Mary Ferrell y del Archivo de AA. EE. español obligan a poner en duda tales afirmaciones. Entre esas pruebas circunstanciales está el hecho de que es difícil aceptar que la lancha que identificó al buque iluminando su popa pudiera equivocarse con su nombre y matrícula y que cuando las dos lanchas atacantes se colocaron a unos 50/100 metros del Sierra Aránzazu no se hubieran percatado de su "error". Además, ¿cómo es posible que quieran hacernos creer que con la información que contaban de la CIA pudieran confundir el barco español con el Sierra Maestra, cuando éste había cruzado el Canal de Panamá el miércoles anterior con dirección hacia China? ¿Cómo fue posible confundir ambos barcos que tenían una significativa diferencia de tonelaje?. El Sierra Maestra era cinco veces mayor que el Sierra Aránzazu.


La realpolitik pudo más que el honor patrio mancillado

Dos fuentes directas hablan también de que el ataque fue planeado con premeditación y alevosía. Un cablegrama enviado por un agente a la Central de la CIA y desclasificado en 1998 informa de los contactos que ha mantenido con Alberto Blanco, lugarteniente de Rolando Cubela, un alto oficial del régimen castrista que mantenía contactos con el MRR para preparar el asesinato de Castro y el desembarco en la isla. Blanco le comunica que va reunirse en París con un miembro del grupo anticastrista que fue la "persona que "arregló" el ataque al Sierra Aránzazu mediante el pago al radio operador que envió la posición (del buque español) a la nave atacante, dijo que el radio operador había contado toda la historia a la policía española".
El bote salvamento sobre la cubierta del P.G.Thulin.


Hoy sabemos que "esa persona que arregló el ataque" fue Rafael Quintero, "el coordinador de operaciones navales" del MRR. De igual modo el carácter premeditado del ataque aparece en un despacho dirigido al Ministro de AA. EE. por el Embajador de España en Costa Rica en el que un espía enviado por éste a la base anticastrista de Nicaragua, además de describir con todo detalle el barco nodriza Santa María e identificar a sus jefes como miembros de la CIA, dice que "el ataque contra el Sierra Aránzazu fue premeditado, antes de la operación ya se hablaba de hundirlo".

Son muchos interrogantes y datos para que podamos creernos la versión dominante. Pero aún y así no existe hoy ninguna duda de quiénes fueron los autores materiales y los responsables últimos de este criminal atentado así como la tortuosa e injusta actuación del Gobierno franquista en el mismo. Dejarlo claro en este 50 aniversario nos parece no sólo una obligación con la verdad histórica, sino, sobre todo, como hermanos de una de las víctimas, un deber moral hacia los tres marinos asesinados y el resto de la tripulación masacrada.

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