ANJEL LEKUONA: UN BUSTURIANO ASESINADO POR LA BARBARIE NAZI
ANTON GANDARIAS LEKUONA
“Su hijo ha sido
víctima de la barbarie nazi, habiendo sido fusilado por la SS el día
10 de abril de 1945”.
Así se enteró la familia Lekuona Beitia del fatal destino de su
hijo y hermano mayor, Anjel, en una carta fechada en julio de 1945
escrita por Gregorio Uranga, compañero de penurias de nuestro
personaje. del que pocas noticias tenían desde que empezó la Guerra
Civil. Sabían que Anjel Lekuona había huido a Francia y que
trabajaba en el monte en algún lugar de Francia y que estaba bien,
gracias a las cartas que periódicamente recibían y que, una vez
leídas acababan en el fuego (no sea que las encuentren los guardias
civiles y haya represalias) alrededor del cual se juntaba la familia
para que alguno de los diez hermanos leyera en voz alta las noticias
que les contaba Anjel en esas misivas; hasta que, empezada la Segunda
Guerra Mundial, dejaron de recibirlas y de tener noticias de él.
Extracto de la carta |
Esta carta escrita por
Gregorio Uranga, natural de Urruña y con familia en Errenteria,
estuvo celosamente guardada en la mesilla por su hermana Asun, mi
ama, durante decenas de años, plegada en dos dobles y guardada en un
sobre, escondida bajo unos misales hasta que, muerto el dictador
responsable del golpe de Estado, se atrevió a mostrarla. Sé que la
familia Lekuona Beitia intentó, por mediación de la Cruz Roja
averiguar algo más de sus desventuras por los diferentes campos de
concentración nazis y que, en 1958 recibieron una notificación de
la entidad en la que se detallaba su triste peregrinar por los
diferentes campos de concentración del régimen nazi junto a un
informe de la entidad ITS Arolsen (International
Tracing Service,
Servicio Internacional de búsqueda de prisioneros del régimen
nazi). Esta institución fue fundada en 1943 y administrada por la
Cruz Roja Internacional y financiada por el gobierno alemán. Desde
2007 sus archivos están accesibles a todo el público.
Gregorio Uranga |
Pero tampoco eran épocas para
intentar averiguar muchas cosas, teniendo en cuenta que tu hijo que
había sido un gudari y que había estado alistado en batallones del
Gobierno Vasco, que fue hecho prisionero en Francia y catalogado como
preso político español por los alemanes y finalmente fusilado en un
campo de concentración alemán, tal vez era más conveniente dejarlo
estar, no fuera que este interés por saber la verdad acarreara
problemas.
Si a esto le añadimos el
desconocimiento del idioma alemán, ni de nadie que lo supiera en un
entorno rural como era Busturia, ni en los alrededores, ni siquiera
del francés, aunque este idioma, por cercanía con el estado
francés, era más factible que fuera conocido y así lo era por
algunas, pocas , personas en Busturia, que sí que ayudaron a la
familia Lekuona Beitia a la hora de saber qué contaban aquellas
notificaciones que recibieron de la Cruz Roja Internacional.
Sé también, que a finales de
los años setenta o principios de los ochenta, tal vez, Asun y su
marido Teodoro se acercaron a Urruña para intentar localizar al
remitente de esta triste misiva, pero no consiguieron encontrarlo, al
parecer se había trasladado a París. Años más tarde contacté con
unos parientes de Gregorio Uranga en Errenteria, pero me dieron la
triste noticia de que había fallecido un mes antes en París. Ahí
se rompió uno de los vínculos, si no el más importante, para
recuperar la desgraciada historia de este busturitarra que tan
fielmente la había contado Uranga en su carta.
Allá por el año 2000,
gracias a internet, empecé a rebuscar en mil y un archivos, envié
miles de correos electrónicos (o más) a infinidad de direcciones y
conseguí recuperar parte de la historia de Milicianos del Batallón
de Montaña Pirenaico en algún lugar del Pirineo nuestro tío, que,
empezando en Busturia, termina, tras un penoso camino por dos
guerras, dos campos de refugiados y tres campos de concentración,
con su asesinato en Flossenburg a dos mil kilómetros de casa.
Anjel Lekuona nace en
Busturia, en el caserío Apraiz, el 1 de marzo de 1913. Es el primer
hijo de Toribio Lekuona y Antonia Beitia de una numerosa familia de
11 hermanas y hermanos. Teniendo trece años sufre de adenitis
ulcerada del cuello y debe ser ingresado en el Sanatorio Marino de
Gorliz (inaugurado en 1919) donde recibió tratamiento
helioterapéutico y baños de mar entre mayo y septiembre de 1926.
Teniendo alrededor de 14 años
se enrola en barcos pesqueros, haciendo varias campañas. Le llega la
hora de hacer el Servicio Militar y, como marino que era, le
corresponde hacerlo en Ferrol (en casa le conocían como Anjel
ferrolekue, así lo contaba ama, por lo menos).
En abril de1937, cuando los
golpistas, después del bombardeo de Gernika, entran a Busturia y son
fusilados sus vecinos Andrés
Zearreta Urrutia, Doroteo Kaltzada Ispizua, Demetrio Lekunberri
Intxaurraga, Florencio Bilbao, Román Zearreta Urrutia
e
Hipólito
Alvarez por el simple hecho de ser concejales de un ayuntamiento
democrático dos de ellos y sin ninguna razón objetiva los demás,
es cuando se da cuenta de que lo que viene es muy malo y que hay que
luchar contra ellos.
Anjel lo tiene claro y decide
seguir luchando por la libertad y, huyendo de los golpistas que
habían invadido Busturialdea, se alista en el Batallón de Montaña
Pirenaico creado por el gobierno vasco en el exilio y, siempre
retrocediendo ante el imparable avance fascista, llega hasta
Catalunya.
En febrero de 1939, cuando
Catalunya cae ante el avance de los golpistas y, junto a cientos de
miles de republicanos (se calcula que unas 500.000 personas cruzaron
la frontera entre enero y febrero de este año), huye a Francia,
siendo internado en el campo de Argelès sur Mer junto a otros miles
de republicanos. Es de suponer que sería acondicionado (es un decir)
junto al resto de los combatientes y refugiados vascos en la zona
bautizada como “Gernika Berri”.
Cuando el Gobierno Vasco en el
exilio organiza a sus refugiados y los traslada en abril de 1939 al
campo de Gurs, cerca de Zuberoa, Anjel
también abandona el
infierno de Argelès sur Mer (no existían edificaciones en el citado
campo, era una playa, era febrero y hacía muchísimo frío) y llega
al purgatorio que era Gurs, quedando registrado con el número 8757
en el islote A.
En junio de 1939 abandona
Gurs, así lo atestigua la documentación existente en el citado
campo con un lacónico “salió
a Francia”,
documentación recogida por Josu Txueka en su obra “Gurs:
el campo vasco”,
editado por Txalaparta en 2007.
Campo de Gurs |
Posiblemente fuera contratado
por alguna Compañía de Trabajadores extranjeros o por algún
empresario de la zona o por la mismísima Organización
TODT, una
organización dependiente de las fuerzas armadas y del Ministerio de
Armamento de la Alemania nazi, dedicada a la ingeniería y
construcción de infraestructuras tanto civiles como militares. Su
fundador fue Fritz Todt, ingeniero y militar de alto rango.
Comienza
a trabajar de leñador, posiblemente en Las Landas. Con los escasos
sueldos que percibían, y para aumentar sus ingresos, al igual que
otros tantos “chanteurs” (así se les conocía a los trabajadores
extranjeros, españoles republicanos huídos del franquismo) se
sacaba un sobresueldo haciendo tráfico de carbón: “Desde su
arresto, su hijo trabajaba en la fabricación de carbón, haciendo
más o menos tráfico clandestino que le permitía vivir más
fácilmente”, prosigue en la carta de Uranga.
Es de suponer que la noticia
de la firma del armisticio de Vichy en Rethondes refrendado por el
mariscal Pétain en julio de 1940 llenó de desesperanza a los miles
de refugiados republicanos que vivían en Francia, al comprobar que
Francia se entregaba a las fuerzas alemanas y que la pesadilla que
habían sufrido en España y de la que habían huido les perseguía y
que todas sus ilusiones se iban al traste.
Por la
delegación alemana asistieron a la firma del citado tratado Hitler,
Goering,
Erich Raeder,
Rudolf Hess,
Von Ribbentrop,
Walther von
Brauchitsch
y Wilhelm
Keitel.
Paul-Otto
Schmidt
fue el traductor de Hitler. Por la delegación francesa estuvieron
presentes Charles
Huntziger,
Léon Noel,
Maurice Le Luc,
Jean Marie
Joseph Bergeret
y Georges
Parisot.
No
conocemos el motivo ni el lugar de la detención de Anjel Lekuona
pero sí la fecha, 10 de julio de 1943. Gregorio Uranga, quizás por
no dar pistas a la censura franquista o quizás porque esa fuera la
realidad, se limitó a decir en su carta que "fue inculpado por
un motivo ridículo". Lo cierto es que los nazis dieron a Anjel
el tratamiento que reservaban para los miembros más peligrosos de la
Resistencia; una realidad que nos lleva a pensar que el joven
busturiano pudo haber jugado algún papel en la lucha armada contra
los invasores alemanes.
Le
encerraron primero en el durísimo penal del Fuerte Hâ de Burdeos y
después en el campo de internamiento de Compiègne al norte de
París. Desde allí fue deportado al campo de concentración de
Buchenwald, cerca de la ciudad alemana de Weimar, al que llegó el 19
de enero de 1944 en un convoy junto a otros casi dos mil prisioneros.
En su ficha de prisionero, le asignaron el número 40.476, los SS
añadieron el motivo de su reclusión: "Politisch", Político y su
profesión “Holzfäller”, leñador.
Sin
apenas tiempo para asentarse en Buchenwald, en febrero de 1944 parte
en otro convoy con destino a Flossenburg, cerca de la frontera con
Chequia, donde se le asignó el número 6516. Flossenburg era
posiblemente uno de los campos de concentración más extensos del
régimen nazi y uno de los más desconocidos. Tenía más de 80
Comandos o subcampos. Nuestro personaje fue enviado el 3 de abril de
1944 al subcampo de Hradischko, a escasos treinta kilómetros de
Praga. Al parecer Hradischko era utilizado además como un campo de
entrenamiento de la SS en Bohemia.
Hé aquí un testimonio de un prisionero francés, Yves
Tanné
que he encontrado en internet : “En
marzo de 1944, nos embarcamos hacia Hradishchko, ubicado a unos
veinte kilómetros de Praga. El tren se detiene a 8 kms del
campamento y tenemos que caminar en la nieve, los pies, dolorosos y
cubiertos de heridas, en chanclos desconectados, en los que habíamos
puesto papel y trozos de tela. Me quedaré allí hasta mayo de 1945,
en un clima de terror. El trabajo consistió en romper, albañilería,
descargar automóviles, de 6 a.m. a 7 p.m., en calor extremo en el
verano, en un frío de menos 20 grados y más, en el invierno. Bajo
nuestras túnicas a rayas, deslizamos en secreto bolsas de cemento de
papel.
Somos
golpeados con látigos desde la mañana hasta la noche. Los garrotes
llueven, por el simple hecho de golpear. Quien no se levanta es
llevado a la enfermería y nadie escucha más sobre él. Las tropas
soviéticas se acercaban a Praga que iban a liberar. Las tropas
alemanas se sintieron perdidas. Cuanto más se acercaba la
liberación, más se desataban los kapos: hambre, sed, frío,
sesiones de desahogo, llamadas a media noche, acostarse a las 2 en
punto de la mañana, levantarse a las 4 en punto, lavarse con agua.
llevado a una especie de pesebre, donde los piojos pululaban y
tuvieron que ser retirados.
Una
mañana de abril, llega una horda de jóvenes hitlerianos. Sus rifles
yacían en el suelo, demasiado pesados, demasiado grandes para su
tamaño. Estos niños fanáticos están cavando trincheras
antitanques. Se divierten haciéndonos cantar. De repente, nos
ordenan acostarnos en el piso. Disparan en la pila. Los franceses, en
la parte posterior de la columna, son atacados primero. Los muertos
son cargados en un carro que va al crematorio. Los heridos se
extienden en una zanja y se completan a corta distancia. Los válidos
vuelven al campamento. Esto duró tres días, los días 9, 10 y 11 de
abril, y el comandante del campo detuvo el asesinato. Al día
siguiente no quedaba nadie en el campamento..”.
(traducción automática con Google translator). Sobrecogedor
testimonio.
Como continúa Uranga en su
relato: “Apenas
su hijo llegó al Comando, cayó enfermo el pobre, muy enfermo pues
debió sufrir varias operaciones, siento atendido de una pleuresía
purulenta. A pesar de los débiles cuidados y malos tratos, pudo
salir adelante, bien es verdad que alrededor de 7 meses tuvo que
estar en la enfermería. Después de algunos días de convalecencia,
su hijo, siempre perseguido por la desgracia, fue enrolado en el
grupo de trabajadores más duro de este desgraciadamente famoso
Comando 12. Siempre sorteando todas las dificultades, permanecía
tranquilo y sufrido, ayudado por sus amigos de infortunio,
resistiendo valerosamente a pesar de las intemperies, golpes y
alimentación insuficiente para la vida de un hombre sobre todo para
su hijo que se hallaba muy enfermo. Siempre con la esperanza de un
fin próximo de la guerra vivíamos juntos, pero desgraciadamente su
hijo no podrá tener el cuidado y cariño de seres que le son muy
queridos, tales como padres, hermanos y hermanas. Su hijo ha sido
víctima de la barbarie nazi, habiendo sido fusilado por la SS el día
10 de abril de 1945, en la carretera, marchando a trabajar en la
carretera entre Krinian a Hradischko… Su cuerpo fue incinerado en
el horno crematorio de Praga el día 13 de abril de 1945…".
Según
testimonios e investigaciones realizadas posteriormente en Alemania
sobre los hechos que ocurrieron en Flossenburg en los últimos días
del campo (fue abandonado el 20 de abril y liberado el 23 de abril de
1945) hubo varios fusilamientos entre los días 8 al 10 de abril. Al
parecer, el 8 de abril, unos guardias de la SS registraron unos
barracones y, oficialmente, encontraron unas armas en alguno de esos
barracones. Tal y como dictaminó posteriormente un tribunal, las
armas fueron colocadas por los propios SS para incriminar a los
prisioneros y poder fusilarlos. Los días siguientes fusilaron a 9,
12 y 17 prisioneros los días 9, 10 y 11 de abril respectivamente.
Todos estos datos me los envió el director del memorial de
Flossenburg, Jörg Skriebeleit.
No
quiero imaginar la escena en Apraize cuando los padres y los hermanos
o hermanas de Anjel llegaron a leer este párrafo:
El 22 de julio de 2007 se inauguró una exposición permanente en el campo de Flossenburg, exposición en la que a día de hoy existe un panel conmemorativo con una biografía de Anjel Lekuona y una explicación de la razón por la que hubo españoles en los campos de concentración. El panel lo confeccionó Elena Rodríguez-Codd, historiadora mallorquina que estuvo investigando los casos de prisioneros del Estado español en los campos de concentración con los datos personales y fotografías que le envié para su elaboración.
DOCUMENTOS
RECURSOS
La historia de Anjel Lekuona
está también recogida en la web de Deportados, una asociación que
intenta recuperar y publicar las vidas de tantos y tantos
republicanos que sufrieron la cárcel, el exilio y la muerte.
Actualmente han recuperado las biografías de cerca de 100
represaliados (1).
También
la asociación Ahaztuak está realizando un gran trabajo en este
campo (2).
El
portal PARES tiene en su web un buscador de víctimas basado en el
Libro Memorial, realizado por Sandra Checa y Benito Bermejo (3).
ITS
Arolsen es un centro gobernado internacionalmente de documentación,
información e investigación sobre la persecución nazi,
trabajo forzado y el Holocausto
nazi
en Alemania y las regiones
ocupadas.
El archivo contiene aproximadamente 30 millones de documentos de
campos de
concentración,
detalles de los trabajos
forzados,
y archivos sobre personas
desplazadas.
El ITS conserva los documentos originales que clarifican el destino
de las personas perseguidas por los nazis. Los archivos son
accesibles a investigadores desde 2007 (4).
Hubo otra persona nacida en
Busturialdea presa en los campos de concentración nazis. Se trata de
Pedro Madariaga Rekalde, natural de Bermeo, del que sabemos que nació
en octubre de 1903 y que estuvo preso en Mauthausen,
desde 1942. Ostentó el triste récord de ser la persona que más
campos de concentración tuvo que soportar, 13. Nació
circunstancialmente en Bermeo, pero vivió en Portugalete, donde
falleció en 1970 (5).
Para
conocer la historia del campo de Buchewald, podemos consultar su web
(6)
Actualmente
se pueden consultar algunos archivos en la web del campo de
Flossenburg (7).
Desde el
año 2015, acudo anualmente a la ikastola Lauro de Loiu a contarles
la historia de Anjel Lekuona a alumnas y alumnos de 5º de DBH. Son 5
aulas, a razón de 25 alumnos por cada aula que alucinan con la
historia que se les cuenta (8). Es una muy buena iniciativa que
quisiera poner en práctica en otros centros escolares. Por cierto,
el primer año que fui a dar la charla, entre los espectadores estaba
nuestro hijo Gotzon. Nunca olvidaré aquella sensación tan agradable
cuando, al terminar mi exposición, se me acercó y me dio un beso.
No tiene precio, al igual que la satisfacción que me dio ver el
panel con la biografía de mi tío Anjel en Flossenburg. Es una
historia recuperada.
Para más
información sobre la Organización TODT, consultar Wikipedia (9).
Sobre el
armisticio de Vichy, consultar Wikipedia (10).
Para
conocer la historia del campo de Gurs, recomendable la lectura del
libro “Gurs:
el campo vasco”
de Josu Txueka. Ed. Txalaparta 2007. ISBN 9788481364903. También “El
siglo de Luis Ortiz Alfau”
de Ander Izaguirre, editado por el Instituto Gogora en 2016, ISBN
9788445734117
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